¿Qué es la resiliencia ecológica? Es importante enfatizar que la resiliencia ecológica, psicológica o social no describe exactamente el mismo proceso que la resiliencia de los materiales. Porque el estado inicial nunca se puede restaurar por completo. Son diferentes procesos de adaptación y reconstrucción para lograr un nuevo equilibrio a través de los recursos.
Resiliencia ecológica: un renacimiento
Las perturbaciones de un entorno natural o de un ecosistema pueden depender únicamente de dos tipis de factores diferentes
- Abióticos: son los que no requieren la intervención de ningún ser vivo. Como las tormentas, las inundaciones, las erupciones volcánicas, etc.
- Bióticos: son todos aquellos en los que la intervención de un ser vivo es decisiva para que este ocurra. Los antropogénicos (causados por el hombre) como la deforestación, la agricultura o la caza. Y los que no dependen del ser humanos: como los ataques de parásitos u otros organismos biológicos.
Estos factores introducen uno o más agentes perturbadores en el medio ambiente. Y al destruir parte de los organismos vivos, lo ponen en peligro. Entonces se establece una reacción en cadena. Algunas organizaciones o especies aprovecharán el cambio, proliferarán y desplazarán a otras.
Algunas desaparecen, pero pueden retornar si las condiciones vuelven a ser favorables. Las plantas o ciertos insectos usan entonces su facultad de latencia. Y lo hacen para esperar un cambio en las condiciones de vida del ecosistema. Hay animales que espaciar los nacimientos hasta que se cree un nuevo equilibrio.
No hay resiliencia ecológica sin biodiversidad
El fenómeno de la resiliencia ecológica ha sido observado, descrito y teorizado desde los años 70 y 80. Un investigador estadounidense llamado David Thilman, descubrió que solo las parcelas con mayor biodiversidad habían resistido la gran sequía de 1988. Una catástrofe que había provocado la pérdida de todos los cultivos en las praderas de Minnesota.
Por lo tanto, parecía que solo los ecosistemas con la mayor variedad de especies podían resistir perturbaciones severas y regenerarse. Posteriormente, otros trabajos completaron la descripción. Y lo hicieron integrando diversidad genética y diversidad ambiental. Los ecosistemas más complejos se presentan, en consecuencia, como aquellos con mayor tasa de regeneración.
Una técnica al servicio del medio ambiente
Estos fenómenos de resiliencia ecológica pueden utilizarse para recrear ecosistemas. Numerosos experimentos se llevan a cabo en el campo para recrear ambientes naturales. Al plantar especies endémicas, los científicos han comprobado cambios sorprendentes. Poco a poco la fauna regresa y se establece un nuevo equilibrio ecosistémico.
Un entorno puede soportar choques sucesivos y parecer resistente, sin cambios perceptibles. Pero hay efectos de umbral. Un entorno resiliente siempre es diferente de su estado anterior. Por lo que una perturbación final puede derribarlo y transformarlo por completo de manera irreversible.
Estos efectos de umbral son un componente de la evolución y de la adaptación de la vida. Darwin lo demostró fehacientemente: las especies que perduran son aquellas que se adaptan a su entorno. La mal llamada ‘Ley del más fuerte’. Que en realidad es la del que mejor evoluciona. ¿Qué es la resiliencia ecológica?