Ingredientes
- 2 berenjenas grandes o 3 medianas
- 400 gr de tomates Cherry o 4 tomates comunes
- 4 patatas medianas
- 3 huevos
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
- Hierbas y/o especias (opcional)
- 100 gr. de queso rallado
Preparación
Es importante aprovechar las temporadas de cada verdura, en este caso de las berenjenas (octubre a abril), para poder encontrar las mejores del año, ya que no solo serán más frescas, sino que estarán en su mejor sazón y nos resultan más económicas. En lo posible es importante elegir verduras ecológicas, para asegurarse que no están contaminadas con agroquímicos ni son producto de la modificación transgénica.
Pelar las berenjenas y cortarlas en rodajas de 1 cm que se irán colocando en una fuente luego de salarlas ligeramente y se dejarán por unos 30 minutos para que eliminen el gusto acre. Una vez realizada esta tarea se deben lavar bien y reservar. Las patatas también se pelan, se cortan en rodajas más finas y se conservan en agua para que vayan perdiendo el almidón que pueda sobrar y no se ennegrezcan. Los tomates pueden pelarse o no, según el gusto de los comensales. Una vez lavados se cortan en rodajas de grosor similar al de las patatas.
En una cazuela de barro o una bandeja de horno antiadherente se echa un chorro de aceite de oliva y se unta bien el fondo y los bordes, luego se van alternando las verduras por capas de una sola rodaja: primero de patatas, después de berenjenas y por último de tomates, cuidando de salpimentar ligeramente cada capa. También se pueden agregar hierbas o especias, pero de forma moderada.
Una vez que están colocadas todas las capas de verdura se incorporan los huevos bien batidos con un poco de sal y se lleva a horno moderado por espacio de unos 20 a 25 minutos. Cuando el huevo esté bien cuajado y las verduras tiernas se agrega el queso rallado y se gratina hasta que el pastel esté dorado. Se debe servir bien caliente.
Es un plato sano, delicioso y muy sencillo de preparar, que aporta gran cantidad de nutrientes y que puede acompañar tanto a carnes blancas y rojas como a pescados, pero también se puede tomar solo como plato principal e incluso se lo puede servir de entrante. Una vez frío, este pastel puede conservarse en el frigorífico por 1 o 2 días y calentarse en el microondas o en el horno.