El pasado mes de mayo Sogama adjudicaba a la firma Danigal Vidrio la recuperación del vidrio seleccionado, de entre la basura en masa, en el complejo medioambiental de Cerceda. El objetivo último de esta actuación no es otro que el de contribuir al reciclado de este material, labor por la que esta empresa pública recibirá unos ingresos superiores a los 450.000 euros anuales.
En declaraciones a la cadena Cope Galicia, su presidente, Luis Lamas, explicaba esta iniciativa, insistiendo en que el vidrio mezclado con el residuo convencional constituye un problema medioambiental y económico porque se entorpece su posterior reciclado, que se hace más costoso, y porque se incrementa el importe de la factura que los concellos deben pagar a Sogama. Y ello es así porque el vidrio incrementa notablemente el peso de la bolsa negra, multiplicando el desembolso que deben realizar los entes locales. “Si, por el contrario, fuese depositado por la ciudadanía en los iglús verdes, éstos recibirían ingresos por parte del Sistema Integrado de Gestión Ecovidrio”.
Sogama llegó a un acuerdo con este SIG para que financiase una parte de la recuperación del vidrio que llega a la infraestructura central de Cerceda y que la entidad selecciona mecánicamente a través de mesas densimétricas.
En este contexto, se prevé una recuperación máxima anual de 30.000 toneladas, en las que se integran parte de las 170.000 almacenadas en el depósito de inertes del complejo desde su entrada en operación comercial. Por tanto, “la evacuación del material acumulado se hará de forma progresiva ya que, de llevarse a cabo en un solo año, se falsearían los datos”, aumentando, de una forma que no se correspondería a la realidad, la tasa de reciclado de vidrio en nuestra comunidad.
La Sociedade Galega do Medio Ambiente percibirá un beneficio de 15,5 euros por tonelada de vidrio entregada a los centros recicladores, cantidad que se corresponde a la diferencia entre lo que debe pagar a la empresa adjudicataria (Danigal Vidrio) y lo que percibe de Ecovidrio.
LA IMPORTANCIA DE LA CORRECTA SELECCIÓN EN ORIGEN
El máximo responsable de esta empresa pública quiso incidir en que, aunque esta operación suponga unos ingresos adicionales para Sogama, lo cierto es que “no queremos que nadie tire vidrio en la bolsa negra”, por lo que la compañía seguirá incidiendo, a través de sus campañas educativas, en la necesidad de hacer una correcta recogida selectiva de este material. Para ello, Lamas recordó que el iglú verde acoge únicamente botellas, frascos y tarros de vidrio, pero sin los tapones. De tratarse de una tapa plástica o metálica, su destino debe ser el contenedor amarillo, mientras que si estamos ante un corcho, su lugar de depósito es el recipiente verde convencional, recalcando que, “bajo ningún concepto, puede introducirse en el iglú los denominados vidrios planos, bombillas, espejos, cristales de ventanas, restos de cristalerías, parabrisas de coches, etc”.
Y es que si el vidrio no se selecciona correctamente, el trabajo de las vidrieras se entorpece en gran medida, de ahí que el porcentaje de impropios exigido por éstas sea muy pequeño. “Al final, se hace la separación, pero cuesta más”, remachó.
Saludos, Departamento de Comunicación