Los cánceres de cabeza y cuello son, según el doctor Cruz, la quinta neoplasia maligna con mayor incidencia (nuevo número de casos al año) en el mundo y el tercero en prevalencia (número de casos totales), solamente superados por los de mama y colorrectal. Se estima que la incidencia en España es de 12.000 casos y la prevalencia aproximada de 37.000.
Sociedad de Oncología Médica (SEOM) y del Grupo Español de Tratamiento de Tumores de Cabeza y Cuello (TTCC), perteneciente a esta sociedad científica.
Para el doctor Julio Lambea, oncólogo del hospital Clínico de Zaragoza y miembro del TTCC, este grupo de cánceres siguen siendo «los grandes desconocidos en la población general e incluso en algunos ambientes sanitarios». Considera que son «el hermano pobre».
Como advierte el doctor Ignacio Cobeta, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del hospital Ramón y Cajal de Madrid, la prevención y la detección precoz es muy relevante por cuanto estos tumores pueden afectar a funciones como el habla, la deglución e incluso la respiración: «De ahí la importancia que tienen sus consecuencias. Con esto no pretendemos que la población se asuste, pero sí que esté bien informada para consultar rápidamente, pues ya hemos dicho que con un diagnóstico precoz se curan más del 90%».
Estas son las señales más relevantes de alerta: 1) úlceras o heridas en labio, lengua y cavidad oral que no se curan pasados 15 días; 2) disfonías o alteraciones en la voz que no mejoran en dos semanas; 3) molestias que no cesan al deglutir o tragar; 4) saliva manchada de sangre, y bultos en el cuello o metástasis ganglionares cervicales.
Como advierte el doctor Rafael Martín-Granizo, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM) y especialista del Clínico San Carlos, de Madrid, a la hora de decidir el tratamiento de cada paciente se reúnen todos los especialistas implicados: oncólogos, radioterapeutas, cirujanos otorrinolaringólogos y cirujanos maxilofaciales.
«Debemos llegar a un consenso de terapia lo más conservadora posible, incluso aunque el tumor esté muy avanzado. Pero algunos tumores son muy agresivos y dejan grandes secuelas por pérdidas de tejidos. En estos casos los cirujanos maxilofaciales operamos en el propio acto quirúrgico en dos equipos: uno extirpa el tumor y otro va reconstruyendo mediante microcirugía las estructuras dañadas. Son intervenciones de unas diez horas», señala el doctor Martín-Granizo.
Mayka Sánchez – www.madrimasd.org




















