El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), la Universidad de Zaragoza (UZ) y el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón trabajan en el uso de las malas hierbas para incrementar la biodiversidad vegetal.
En concreto, en este proyecto están colaborando los investigadores de Sanidad Vegetal y especialistas en Malherbología del CITA, Alicia Cirujeda, Ana Isabel Marí y Carlo Zaragoza; el investigador de la Universidad pública, Joaquín Aibar, y la miembro del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Sonia Murillo.
Asimismo, fuentes del Departamento de Agricultura del Gobierno aragonés han informado de que este proyecto se está realizando bajo el título ‘¿Malas hierbas o diversidad vegetal? Su papel como indicador de la eficiencia de medidas agroambientales y de técnicas de agricultura de conservación en secanos cerealistas de Aragón’.
Los resultados preliminares de esta investigación, realizados tras los estudios y trabajos que se han llevado a cabo en distintos municipios de Zaragoza y en Calamocha (Teruel), han indicado que «las tres medidas adoptadas están consiguiendo su objetivo», ha recalcado el Departamento.
Así, ha comunicado que dichas medidas son: mantener el rastrojo de cereal en secano hasta el 31 de diciembre; sembrar esparceta en secano con el fin de proteger la avifauna esteparia y una tercera, que compromete a los agricultores a la creación y mantenimiento de los márgenes internos en los campos.
MANTENIMIENTO DEL RASTROJO
El mantenimiento del rastrojo hasta el 31 de diciembre, se ha estudiado en 48 campos de la provincia de Zaragoza en 2010 y 2011, la mitad de ellos cumpliendo la medida. En ambos años, se ha encontrado un mayor número de especies arvenses en las parcelas que cumplieron la disposición europea y la cobertura del suelo por rastrojo fue mayor.
Por su parte, la siembra de esparceta, también ha incrementado la biodiversidad vegetal en Calamocha (Teruel). Para evaluarla se ha estudiado la flora en seis campos de esparceta en su segundo y tercer año en comparación con seis campos de cereal en monocultivo y otros seis campos de cereal sembrados inmediatamente después de la esparceta.
Los resultados son un mayor número de especies arvenses en las parcelas de esparceta que en las de cereal. Asimismo, indican que la medida incrementa la biodiversidad vegetal con especies que no interfieren negativamente en el cultivo del cereal, siempre y cuando se realice una labor después del cultivo de esparceta.
La promoción, creación y conservación de márgenes, ribazos o lineros de los campos se ha evaluado inventariando la flora en 15 campos y sus márgenes internos, en tres localidades diferentes y se ha encontrado que la cobertura vegetal del suelo en los márgenes ha sido muy elevada en todos los casos, cubriéndolo en gran parte.
El número de especies en los márgenes ha sido claramente superior al número de especies vegetales encontrado dentro de los campos colindantes y pocas especies eran coincidentes, por lo que no parecen ser un reservorio de malas hierbas.
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