La Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado su nuevo vehículo experimental IXV desde la Guayana Francesa hasta 413 kilómetros de altura, para recogerlo unos cien minutos después en las aguas del Pacífico. El ensayo sirve para testear la última tecnología europea de reentrada de naves en la atmósfera y sistemas espaciales reutilizables.
El vehículo experimental intermedio (IXV, por sus siglas en inglés) de la Agencia Espacial Europea ha completado hoy con éxito su vuelo de ida y vuelta tras despegar desde el Puerto Espacial Europeo (Guayana Francesa) a las 14:40h (hora peninsular española) en un lanzador VEGA y amerizar en menos de dos horas en el Pacífico.
La misión de IXV es demostrar las tecnologías necesarias para proporcionar a Europa la capacidad de reentrar en la atmósfera de forma automática, además de constituir un punto de partida para el desarrollo de sistemas de transporte espacial reutilizables.
“Aprender a regresar a la Tierra de forma autónoma, y aterrizar controladamente, abre un nuevo capítulo para la agencia”, señalan los responsables de la ESA.
Después de la separación del cohete Vega a una altura de 348 km, continuó su ascenso hasta alcanzar los 413 km. Durante su reentrada tomó una gran cantidad de datos, gracias a los más de 300 sensores con que está equipado.
El avión, de cinco metros de largo y dos toneladas de peso, redujo luego su velocidad de hipersónica a supersónica durante el descenso. La velocidad de reentrada, de 7,5 km/seg a una altura de 120 km, reprodujo las mismas condiciones a las que estaría sometida una nave que volviera a Tierra desde la órbita baja.
La nave IXV planeó a través de la atmósfera antes de desplegar el paracaídas que ha frenado aún más su velocidad de caída, hasta el amerizaje que ha efectuado de forma segura en aguas del océano Pacífico, concretamente en una zona al oeste de las islas Galápagos.
El Centro de Control de la Misión, en el ALTEC (Advanced Logistics Technology Engineering Centre) de Turín, Italia, vigiló de cerca la nave durante toda la misión, recibiendo datos de vuelo y de los instrumentos desde el segmento de Tierra. Este está integrado por las estaciones de seguimeinto en Libreville (Gabón) y Malindi (Kenia), y la antena en el barco de rescate Nos Aries en el Pacífico.
El vehículo se mantiene en este momento en la superficie del mar con flotadores hinchables, mientras el barco de rescate se apresura a recogerlo. Una vez en Europa, en el centro tecnológico de la ESA, ESTEC, en Holanda, el IXV será sometido a un análisis detallado.
El dominio de la técnica de reentrada
«Dominar la técnica de la reentrada significa abrir un nuevo capítulo para la ESA», indican los responsables de la misión. «Es una habilidad indispensable a la hora de desarrollar lanzadores con etapas reutilizables, para traer a Tierra muestras de otros planetas o para la vuelta a casa de los astronautas. Será igualmente importante para la futura investigación en observación de la Tierra y microgravedad, y en misiones de mantenimiento y retirada de satélites».
A pesar de ser un vehículo experimental y de bajo coste –su presupuesto ronda los 150 millones de euros–, IXV es el primer vehículo que realiza lo que se llama reentrada controlada sustendadora, frente a vehículos de reentrada balísticos y con menor sustentación (las cápsulas) o las naves aladas mucho más complejas y costosas (como los shuttles o transbordadores) que hasta ahora han usado otras agencias espaciales.
El contratista principal de esta misión es Thales Alenia Space en Italia. Pero además participan en el proyecto otras 40 compañías europeas, incluidas las españolas SENER, GMV, Elecnor Deimos, GTD y Rymsa Espacio.
Hace un mes el cohete Falcon 9 de la compañía estadounidense Space X también probó un sistema de recuperación de cohetes, pero la nave sufrió un accidentado aterrizaje cuando intentó posarse sobre una plataforma flotante en el mar.
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