Ingerir sal en una cantidad similar a la que perdemos con el sudor, puede ser una estrategia sencilla y efectiva para mantener el rendimiento deportivo y para evitar problemas de salud relacionados a desequilibrios de electrolitos.
Un reciente estudio de la Universidad Camilo José Cela desvela la relación que existe entre la pérdida de electrolitos y el rendimiento de los deportistas. Los electrolitos son los responsables de mantener el equilibrio del agua en todos nuestros fluidos y juegan un papel fundamental para la transmisión del impulso eléctrico, algo de suma importancia en deportes de larga duración donde la cantidad de sudor producido puede hacer que alteremos el equilibrio de electrolitos de nuestro organismo.
Para realizar el estudio se han utilizado cápsulas de sal y se ha probado el efecto en un grupo de triatletas entrenados durante la realización de un medio ironman: 1,9 km de natación, 90 km de ciclismo y 21,1 km de carrera. En el estudio participaron 26 deportistas, a la mitad se les dio cápsulas de sal mientras que a la otra mitad unas cápsulas rellenas con placebo. Los del primer grupo, gracias a la ingesta de las cápsulas llegaron a reponer hasta el 71% de la sudoración mientras que los del grupo de control únicamente repusieron el 21% por la ingesta de bebidas para deportistas. Además, los triatletas que ingirieron la sal terminaron la competición 26 minutos antes, de media, que el grupo de control. Sobre todo, mejoraron sus velocidades en bicicleta y carrera.
“Ingerir sal en una cantidad similar a la que perdemos con el sudor, puede ser una estrategia sencilla y efectiva para mantener el rendimiento deportivo y para evitar problemas de salud relacionados a desequilibrios de electrolitos” ha declarado para innovaspain.com Juan del Coso Garrigós, profesor de CC. de la Actividad Física y del Deporte, responsable del Laboratorio de Fisiología del Ejercicio y autor principal del estudio.
Todavía falta mucho por investigar en este campo y la sudoración de cada persona es diferente, por lo que no se puede generalizar. “Lo ideal sería medir la cantidad de sal que hay en el sudor de cada persona para que la recomendación fuera ajustada. La cantidad de sodio en el sudor de algunos deportistas puede ser de 20 mEq/L pero otros deportistas, conocidos como sudadores “salados” pueden llegar a perder hasta 100 mEq/L”.
Los beneficios de la ingesta de electrolitos pueden notarse a partir de las dos horas de ejercicio, aunque siempre dependerá de la sudoración del deportista. En actividades deportivas más cortas el cuerpo tiene la capacidad de compensar los pequeños desajustes de electrolitos que se producen. Como ha añadido el Profesor del Coso, el consumo de electrolitos en este tipo de triatlones o deportes de larga duración y exigencia “ayudaría a mantener mejor el equilibrio de agua en el cuerpo ya que, durante la prueba, la sal estimuló la sed y los deportistas bebieron más. Pero sobre todo, puede ser efectiva para evitar un problema médico con una prevalencia de entre el 20% y el 30% en deportes de resistencia: la hiponametria inducida por el ejercicio”.
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