El multimillonario fundador de SpaceX, Tesla Motors y Pay Pay entre otras, expuso hace unos años su idea de un sistema de transporte futurista llamado Hyperloop; según afirman sus representantes se espera esté en condiciones de funcionar para 2019.
Antecedentes
En 1972, la Rand Corporation publicó un artículo escrito por el físico R. M. Salter, que detalla un sistema de tubos subterráneos que podrían enviar a la gente de Los Ángeles a Nueva York en 21 minutos, al que llamó sistema de tránsito de velocidad muy alta o VHST, un nombre que, hay que reconocerlo, no resulta tan pegadizo y “vendible” como Hyperloop.
Salter explicaba en su ponencia que «los principios generales son bastante sencillos: son coches electromagnéticamente levitados y propulsados en un túnel de vacío (para evitar el rozamiento)” y concluyó que: “los problemas técnicos relacionados con el desarrollo del VHST son múltiples y difíciles, pero no se requieren grandes avances científicos y podría ser una realidad si abordamos algunas cuestiones políticas y de construcción”.
Según su impulsor, el VHST tendría que ser subterráneo, por lo que la excavación de los túneles constituían el mayor problema al que deberían enfrentarse, ya que para ello se requeriría un acuerdo político y el costo real de la inversión sería en un 90% consumido por la construcción de los mismos.
Ya en 1972 Salt hablaba de “seguridad contra el sabotaje, costos de mantenimiento accesibles, descongestión del tráfico superficial, ausencia de contaminación acústica y un sistema de transporte exento de emisiones polucionantes”, como los puntos más sobresalientes de su innovadora propuesta.
¿Qué es Hyperloop?
En palabras de Musk, Hyperloop es un sistema de transporte que se supone que será mejor que volar de forma supersónica y consiste en tubos por encima o por debajo de la tierra, que contienen un entorno especial donde los vehículos serán impulsados a través de los mismos y levitarán para viajar de un punto a otro a una velocidad de 1200 kilómetros por hora.
La energía que utilizaría estos tubos sería solar, una fuente limpia de emisiones, no contaminante y renovable, que podría guardarse en súper acumuladores del estilo de los que Tesla ha presentado hace un tiempo en el mercado, pero de tamaño más considerable.
Según las cifras que ha presentado la empresa, la construcción de estos túneles representaría menos de la tercera parte de lo que cuesta la instalación de un tren de alta velocidad y sería muchísimo más rápida y eficiente en todos los aspectos.
¿Dónde se utilizaría Hyperloop?
Musk sostiene que el Hyperloop sería la mejor solución para conectar «ciudades de alto tráfico que estén a unos 1.500 kilómetros de distancia, ya que mientras un avión que deba realizar el mismo recorrido, se eleva, alcanza la velocidad de crucero y estabiliza su ruta de vuelo, el Hyperloop ya estará en su destino».
Una de las consignas de sus defensores es que gracias al Hyperloop el trayecto entre Los Ángeles y San Francisco, que están a más de 600 kilómetros de distancia una de otra y cuyo recorrido requiere 7 horas de tren o 1 hora y media de avión, se realizaría en tan solo 30 minutos.
¿Sería rentable el Hyperloop?
Los cálculos de la empresa son muy optimistas en cuanto a la rentabilidad; si por ejemplo se hiciera la construcción de los túneles sobre pilotes, esto supondría un enorme ahorro, ya que no sería necesario adquirir las tierras donde se realice la instalación y en comparación con los trenes, que son lo más similar que conocemos en estos momentos, el Hyperloop resultaría extremadamente menos contaminante y ruidoso.
Existen varios desafíos a nivel técnico, tanto en el ámbito constructivo como en el funcional, en los que más de 420 personas entre estudiantes, profesores y otros profesionales de varias organizaciones, entidades públicas y privadas y universidades de todo el mundo, trabajan para superarlos, a cambio de una participación en la empresa.
Aparentemente tras la realización del estudio de viabilidad que culminó de forma exitosa en 2014, en cuanto se consigan las licencias, lo cual está siendo un proceso lento y engorroso, los promotores del Hyperloop confían en que ya que la tecnología está, solo queda que la burocracia dé el “visto bueno” para empezar a construir los túneles. El plan es comenzar con el transporte de pasajeros en 2018 o a mas tardar al año siguiente.
En cuanto el prototipo esté en funcionamiento se prevé mover un promedio de 10 millones de personas de forma anual, con lo que la amortización del proyecto, siempre según las versiones de sus impulsores, estaría saldada en tan solo 8 años y a partir de ese momento comenzaría a ser rentable.
Una reflexión final
Si bien Hyperloop está aun en los papeles y no hay nada realmente “tangible”, ni siquiera una explicación de cómo funcionará en realidad, si por aire o por electro-magnetos (como el proyecto de Salter), hay que reconocer que Elon Musk no se amilana ante los retos y sigue una línea de negocios netamente futurista, ecológica y sostenible.
Hasta ahora, es de los que todo lo que toca lo convierte en un éxito no contaminante y en una mina de oro personal. Habrá que ver dentro de tan solo 3 años, si el Hyperloop se materializa, si necesita un tiempo adicional para ser más que un proyecto o si se queda en otra idea genial que no pudo ser.