“El mundo resulta cada vez más urbano: la gente sigue siendo atraída por las ciudades, a las cuales acude en busca de oportunidades económicas, sociales y/o creativas. Por ello es fundamental gestionar las zonas urbanas de forma sostenible y tomando en cuenta la mayor cantidad posible de factores de influencia.”
Beneficios y dificultades
En la actualidad, el 54 % de la población mundial vive en ciudades y otros 3 millones semanales, migran a los centros urbanos. La ONU calcula que, en 2050, el 66 % de la población mundial vivirá en las ciudades. Esta tendencia resulta particularmente evidente en Asia y África, donde se experimenta una transición de lo rural a lo urbano, sin precedentes.
Si se gestionan bien, la urbanización y la vida citadina pueden tener muchos beneficios. Las ciudades (grandes y pequeñas) ofrecen formas eficientes de organizar la vida de las personas: mediante economías de escala, reduciendo la necesidad de transporte o potenciando las redes de comunicación, para que las actividades humanas resulten más respetuosas con el Medio Ambiente.
La diversidad y la proximidad entre las personas pueden provocar roces, pero al mismo tiempo son fuentes de inspiración y creatividad, ya que la multiplicidad y el intercambio de ideas, son los motores de generación de las innovaciones.
También pueden ser la solución para inculcar en las sociedades, los conceptos de tolerancia, ética y respeto mutuo y con los que alcanzar la comprensión y el compromiso cívico. Los vínculos existentes entre las ciudades son la columna vertebral del comercio mundial y en ellas, se genera la mayor parte del PIB mundial.
Por el contrario, si la gestión de las ciudades no es la adecuada, estas pueden sucumbir a la pobreza, la marginación, la contaminación y la congestión urbana. Por esa razón, si el futuro de las ciudades no logra ser sostenible, esta situación debe ser contrarrestada con un nivel de innovación en tecnologías verdes, que resulte incansable y fructífero.
Buscando soluciones
Así que, dado que según las previsiones el crecimiento urbano va a continuar, las soluciones a los problemas deben ser innovadoras, escalables, replicables y capaces de adaptarse, a los diferentes entornos urbanos específicos. Estas cuatro ideas destacan, por que su aplicación es versátil y global.
Potenciar los recursos
Muchas innovaciones hacen un uso inteligente de los recursos existentes, pero los infrautilizan. En este campo la idea es aplicar tecnologías verdes, que empleen cada recurso hasta el límite. El ecodiseño, uno de los pilares de la Economía Circular, es un ejemplo muy ilustrativo de este concepto.
Reducir los picos
El consumo de electricidad y de agua suele tener determinados “picos”, lo que en general significa que, hay un 20% de estos recursos que se hallan en situación de “latencia”, a la espera de una mayor demanda. Una gestión adecuada de la demanda, limitaría significativamente la carga que pesa sobre estos recursos.
A pequeña escala
Las ciudades (grandes y pequeñas) siempre necesitarán proyectos importantes a nivel de infraestructuras, pero a veces, las que se hacen a pequeña escala, como los carriles bici, el compartir vehículos o plantar árboles para combatiré el Cambio Climático, puede tener un gran impacto en las áreas urbanas y en el involucramiento a favor de las mejoras, de los ciudadanos.
Todo para todos
Lo ideal para mejorar una ciudad es involucrar y movilizar a sus ciudadanos: Para ello, las tecnologías verdes deben innovar centrándose en los principios del diseño universal y en que, personas de todas las edades y capacidades, deben ser sean capaces de acceder, entender y usar, sus creaciones o servicios urbanos.