Decantarse por los alimentos ecológicos no es una moda pasajera. Existen muy diversas razones por las cuales es fundamental que la gente modifique su estilo de vida y opte por la comida orgánica y realmente saludable. Resulta realmente incongruente que los alimentos que adquirimos estén plagados de veneno, que no solo mata hierbas, parásitos y otras alimañas, sino que nos intoxica lenta pero inexorablemente.
Salud Ambiental y Cambio Climático
Según departamento de Entomología de Cornell, solo el 0,1 % de los plaguicidas aplicados logran su objetivo. El otro 99 % solo produce un impacto ambiental negativo y degenerativo. Las vías fluviales y las tierras de cultivo están contaminadas por escorrentías químicas de las granjas y uno de los mayores desastres ambientales es la pérdida de la calidad del suelo.
El modelo industrial del monocultivo agota las tierras y hasta el 50 % de las emisiones de gases de efecto invernadero son creadas por el sistema industrial global de alimentos producidos químicamente, que continúan exacerbando la crisis climática. Algo que podría evitarse si se le diera prioridad al cultivo de alimentos ecológicos.
Agua segura
Los científicos alertan de que cuantos más productos químicos se apliquen, mayor será el reto para preservar la calidad del agua. La agricultura químicamente dependiente y los desechos de la industria tradicional de los alimentos contaminan las aguas de ríos, mares y océanos. Esto se puede evitar cultivando alimentos ecológicos.
Riesgos de salud
El uso de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos plantea riesgos directos para la salud de los agricultores y trabajadores agrícolas e indirectos para los consumidores. Diversos estudios han demostrado que algunos herbicidas y pesticidas estimulan el crecimiento de células de cáncer, provocan malformaciones fetales, agravan dolencias y un largo etc. Al optar por los alimentos ecológicos, las personas reducen el riesgo de contraer una gran cantidad de enfermedades.
Proteger la Biodiversidad
La vida silvestre, desde los microorganismos hasta los mamíferos más grandes, desempeñan su propia función en cada ecosistema. El declive de las aves, las abejas y otros polinizadores se ha relacionado con la aplicación de plaguicidas sintéticos que emplean los agricultores convencionales.
Las granjas que producen alimentos ecológicos albergan alrededor del 30 % más especies de vida silvestre que las convencionales. Investigadores de la Universidad de Oxford, Suecia y Suiza, tras un exhaustivo estudio, llegaron a la conclusión de que casi el 75 % de la diversidad genética de cultivos agrícolas se perdió en el siglo pasado.
Evitar los Transgénicos
Este tipo de alimentos modificados genéticamente en laboratorios tienen varios problemas, entre ellos destaca que: no siempre se sabe que se los ingiere (de forma indirecta están en muchos alimentos y no se advierte en las etiquetas de su presencia), no se conocen sus efectos a largo plazo en la salud, requieren de herbicidas específicos (como el glifosato, que según la OMS es un “probable cancerígeno”) y afecta a la biodiversidad.
Asegurar la seguridad alimentaria
Las actuales y futuras generaciones solo podrán sobrevivir si se comienza a preservar el agua, el aire, los suelos y la biodiversidad. El sistema actual no resulta sostenible, especialmente porque las personas siguen consumiendo productos tradicionales en vez de optar por los alimentos ecológicos, sin ser conscientes de las catastróficas consecuencias de su elección.