La clave para la transición podría ser una fuente de energía que se come. Suena extraño, pero también sonaba así la sola idea de tener agua corriente en casa o dispositivos que encendieran la luz del hogar. La civilización tal y como la conocemos se ha cimentado sobre conceptos que parecían imposibles. Sin embargo, hoy se ve amenazada por la confianza que ha puesto el ser humano en recursos agotables y contaminantes.
Es claro que los sistemas tradicionales de producción de electricidad son insostenibles y el ser humano está obligado a hallar nuevas maneras de originar electricidad que no produzcan tantas emisiones de carbono. Es común ver paneles solares en amplias extensiones, parques eólicos en tierra y mar, centrales hidroeléctricas y un largo etcétera.
En este escenario de búsqueda energética, han surgido formas innovadoras de crear energía que siguen estudiándose y, de salir adelante, pueden llegar a límites inexplorados por el hombre. Un ejemplo es la cosecha y reciclaje de ondas de radio. Ya hay expertos trabajando en la idea de recolectar ondas de radio y otras ondas electromagnéticas. Este pensamiento no es 100% nuevo, pero sí la enorme escala de recolección.
Con demostraciones como esta, queda de manifiesto que, si bien a veces surgen propuestas aparentemente raras y poco comprensibles, estas pueden llegar a ser aplicadas en el futuro y de manera eficiente.
Esta fuente de energía comestible podría ser lo que estábamos buscando para la transición energética
Bajo estas circunstancias, el Grupo Diana ha puesto en funcionamiento el primer Proyecto de Autogeneración de Energía Renovable a base de biomasa de cascarilla de arroz de Colombia, en su Plan de Producción de Arroz en Yopal, Casanare. Esta termoeléctrica de quinta generación ha pasado a ser la más moderna del país, con una capacidad instalada de 7,1 megavatios.
Gracias a este proyecto, la planta industrial del Grupo Diana, en Yopal, podrá autogenerar el 100% de su consumo energético, además de generar excedentes que serán inyectados a la red local. Esta iniciativa está visiblemente alineada con la estrategia nacional de Economía Circular, al convertir la cascarilla de arroz, un subproducto del proceso productivo, en una fuente de energía renovable.
De esta forma, contribuye a la reducción, reutilización y regeneración de recursos, bajando de manera significativa la acumulación de residuos. El establecimiento de la termoeléctrica dejará fuera de circulación más de 18 000 toneladas de CO2 al año.
Así se transformará en un agente clave del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, al producir energía sin emisiones de gases de efecto invernadero. Una función compartida con esta otra inusual forma de crear energía (parece un arma de rayo láser).
Colombia encuentra la clave para crear energía limpia
Este proyecto es sumamente importante para la región, dado que ha generado más de 1200 empleos durante los tres años de su construcción.
Por su parte, Andrés Murra, CEO de Grupo Diana, dijo públicamente que el proyecto es una demostración clara de cómo la agroindustria puede innovarse y dar lugar a energía limpia a partir de sus propios residuos, siguiendo los preceptos de economía circular y sostenibilidad.
Cascarilla de arroz, la fuente de energía impensada para alcanzar la deseada transición
El principal insumo de la planta termoeléctrica es la cascarilla de arroz, un subproducto que históricamente se ha visto y tratado con un desecho. Aunque sorprendente y revolucionario, este proyecto no es el único que está acaparando miradas en Colombia.
El país de América del Sur está dando importantes pasos hacia la diversificación de su matriz energética que fueron materializados en otra gran noticia. Recientemente, se inauguró un Barranquilla la planta de biogás más grande del país, que convierte residuos sólidos en electricidad.
Definitivamente, en lugares como estos podría estar la clave de la transición hacia una energía más limpia. Un concepto que ya parecía haber quedado claro con el surgimiento de este invento que solo necesita basura para generar energía en casa.