España está preparada para utilizar el agua como una herramienta para producir energía. Una noticia alineada con la primera ciudad española en generar energía con el mismo recurso. Desde tiempos inmemoriales, el agua ha sido vista como una extraordinaria fuente de vida y energía, un concepto que está más instaurado que nunca dado el contexto de transición energética. Con la creciente preocupación por el medio ambiente y la búsqueda constante de fuentes de energía renovable, el agua se ha convertido en un actor protagonista en la producción de electricidad.
Una de las opciones más extendidas para generar energía utilizando agua es el uso de instalaciones fotovoltaicas flotantes. Los paneles solares flotantes son similares a las herramientas energéticas utilizadas en tierra, pero añaden estructuras especiales de flotación y anclaje para adaptarse al entorno acuático. Los sistemas de anclaje son vitales para conservar la estabilidad de la plataforma y deben diseñarse de forma cuidadosa para adaptarse a las variaciones del nivel del agua y la irregularidad del fondo del cuerpo de agua.
Al mismo tiempo, estas estructuras se encuentran interconectadas con pasarelas que recrean pasillos de mantenimiento, facilitando el acceso y la operación de las instalaciones. La energía solar fotovoltaica flotante se trata de una revolucionaria forma de aprovechar la energía solar, usando superficies de agua estancada como balsas de regadío, lagunas, lagos, presas o pantanos para la instalación de infraestructuras de energía solar fotovoltaica. Aunque la esencia de la tecnología fotovoltaica permanece latente, esta variante aprovecha zonas antes consideradas no aptas para la producción solar.
España está preparada para la movilización de la energía: utiliza agua para lograr esto
Teniendo esto en cuenta, el Consejo de Ministros aprobó hace meses un real decreto que permite la instalación de plantas fotovoltaicas flotantes en los embalses de dominio público hidráulico, que limita el espacio ocupado por estas instalaciones a entre el 5 y el 15% de la extensión del espacio según la calidad del agua. En la rueda de prensa posterior a la reunión del Ejecutivo, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, subrayó la existencia de un “interés creciente en instalar estas plantas flotantes”.
Sumado a esto, expuso que el Gobierno también dio su aprobación a otro real decreto que regula nuevas subvenciones para iniciativas españolas de la industria del hidrógeno por un importe de 794 millones de euros. El real decreto vinculado a las plantas flotantes abarca las demandas del Consejo de Estado. La principal fue la disposición de una ventanilla única para la tramitación de proyectos con representación de las autoridades de agua y energía, además de contar con las comunidades autónomas.
Por este motivo, según manifestó Ribera, el régimen legal establecido por el Ejecutivo recoge que sea un proceso “simplificado y común” que resolverán las autoridades competentes de agua y energía. El mecanismo tendrá como primer paso la solicitud del interesado por medio de concursos lanzados por las confederaciones hidrológicas. Asimismo, se prohibió su instalación en lagos, lagunas o masas de agua no artificiales o que estén protegidas y la concesión queda limitada a 25 años.
Movilización de energía: España aprueba la instalación de placas solares flotantes en embalses de agua
El Gobierno valora que en España existe un centenar de embalses de titularidad estatal sobre los que podrían situarse plantas fotovoltaicas flotantes. Esta capacidad solar flotante se agregará a la energía generada por las centrales hidroeléctricas y admitirá el aumento de la producción de las instalaciones y la optimización de infraestructuras de evacuación. Además, estas plantas experimentarán un mayor rendimiento energético que los sistemas terrestres recurriendo a efecto de enfriamiento del agua y la reducción de polvo.
Las personas interesadas tendrán que contar con un permiso de conexión a un punto de la red de transporte o distribución de energía eléctrica y mostrar estudios sobre el posible impacto de las placas en la masa de agua. Puesto que el concepto de fotovoltaica flotante es relativamente reciente, se impondrán programas de seguimiento para analizar de manera más adecuada las características de estas instalaciones, plantear los posibles impactos y estudiar los requisitos solicitados para su funcionamiento.
Con este cambio en la producción de energía con agua, España está lista para la movilización del siglo. Mientras tanto, un país vecino planea instalarse en aguas de España y absorber toda la energía.