El supervolcán más temido ha despertado y es el momento perfecto para hacer algo que la humanidad lleva siglos esperando. España tiene un volcán en alerta que ha logrado causar conmoción, pero nada comparado con lo que puede pasar a partir de ahora. Los volcanes son uno de los fenómenos naturales más imponentes y apasionantes que ofrece el planeta Tierra. Además de sus impactantes erupciones, también albergan la capacidad de producir una gran cantidad de energía. De hecho, son una fuente inagotable de energía sostenible por el calor producido por la actividad volcánica.
Este puede emplearse para crear energía geotérmica, un tipo de energía renovable obtenida a partir del calor del subsuelo de la Tierra. Cabe destacar que un volcán (o supervolcán como el que vamos a explorar a continuación) se trata de una abertura en la superficie de la Tierra. A través de ella, el magma, las cenizas y los gases pueden escaparse. Cuando el magma se acerca a la superficie, la presión y baja y tiene lugar una erupción volcánica. Durante una erupción volcánica, se liberan importantes cantidades de energía térmica, que sirven para crear energía geotérmica.
La energía geotérmica generada a partir de volcanes es un tipo de energía renovable y sostenible. Al contrario de lo que sucede con los combustibles fósiles, la geotérmica no deriva en emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que es una alternativa más limpia y ecológica. Teniendo en cuenta sus características, el despertar del supervolcán más temido del planeta podría ser una excelente oportunidad energética.
El supervolcán más temido del planeta da de qué hablar: esto es lo que podría hacer la humanidad con él
Con los movimientos experimentados por el supervolcán más temido del mundo en el último tiempo, la humanidad podría perforarlo para extraer energía ilimitada. En los meses del verano europeo de este año, un grupo de turistas que paseaba por el Parque Nacional de Yellowstone quedó escandalizado ante una explosión hidrotermal que expulsó por el aire vapor agua, rocas y suciedad. Aunque impactante, fue un mínimo recordatorio del inconmensurable poder de su supervolcán.
Yellowstone, al noroeste de Wyoming (Estados Unidos), ha transitado tres súper erupciones volcánicas en los últimos dos millones de años. Sin embargo, sigue siendo el supervolcán más temido del mundo por la amenaza, aunque remota, que supone su potencial. Podría tener un alcance global devastador. El escenario se vuelve todavía más perturbador tras haberse descubierto que ha experimentado un hundimiento de entre dos y tres centímetros anuales de 2015, bajo los géiseres y las piscinas termales.
En 2017, un grupo de investigadores publicó un estudio llamado “Defendiendo a la civilización humana de las erupciones supervolcánicas”. Con el físico e ingeniero de la NASA Brian Wilcox a la cabeza, el análisis proponía la apertura de varios pozos alrededor de Yellowstone para bombear agua fría hacia la roca caliente del subsuelo, disminuyendo de esta manera el riesgo de una posible supererupción.
El supervolcán más temido del planeta vuelve a “hacer ruido”: esto es lo que proponen
Los investigadores acuñan que esta solución sería satisfactoria porque no solo enfriaría la cámara de magma de Yellowstone, protegiendo al mundo de una erupción del supervolcán. Además, aseguran que permitiría el aprovechamiento de hasta 22 gigavatios de energía geotérmica por cada intrusión de 0,3 kilómetros cuadrados, transformando el supervolcán una de las plantas de energía más imponentes del mundo.
Aunque suene prometedor, hacerlo sería ilegal porque los parques nacionales de Estados Unidos, incluido el de Yellowstone, están protegidos de explotaciones comerciales. Sumado a esto, la Ley de Vapor Geotérmico de 1970 prohíbe en específico la instalación de plantas geotérmicas en Yellowstone.
En definitiva, el supervolcán más temido del planeta ha despertado y, aunque sería un gran momento para explotar su energía ilimitada, la ley actual no lo permite. Sin embargo, hay otros lugares del mundo en los que sí se pueden explotar sus volcanes. Es el caso de España, dispuesta a volar por los aires una isla para obtener energía para milenios ubicada dentro de sus volcanes.