Einstein habló hace años sobre un motor más rápido que la luz y ahora un nuevo estudio científico revela que es posible. Si el motor que gira sobre sí mismo y quema agua en vez de gasolina te pareció interesante, no puedes perderte lo que viene a continuación. Albert Einstein es considerado uno de los científicos más influyentes del siglo XX. Sus teorías revolucionarias transformaron la manera en la que el ser humano veía el mundo y sentaron las bases de lo que hoy vislumbramos como la física moderna.
Uno de los temas en los que estuvo más involucrado fue en un motor de protones con un sistema que haría posible propulsar naves espaciales a casi la velocidad de la luz, haciendo uso de un chorro de protones a alta temperatura como fuente de empuje.
Casi un siglo después, el proyecto de Einstein estaría mucho más cerca de lo que pensábamos. La ciencia ha avanzado significativamente y ahora la humanidad tiene acceso a avances tecnológicos hasta ahora impensados.
Si el ser humano alberga la esperanza de transformarse en una sociedad capaz de aprovechar toda la energía de su galaxia anfitriona, necesitará inevitablemente motores de curvatura capaces de deformar el espacio-tiempo y superar la velocidad de la luz.
Este punto es especialmente relevante en el contexto actual en el que los ciudadanos/as del mundo buscan nuevas formas de energía. Los combustibles fósiles han demostrado su valía, pero también su alta huella ambiental. Un escenario que obliga al mundo a contemplar otras opciones, algunas incluso fuera de su propio planeta.
Einstein predijo un motor que llegaría pronto
La Vía Láctea atesora unos 120.000 años de luz de diámetro, por lo que no es fácil de atravesar y requeriría de un motor capaz de hacerlo. Un nuevo estudio científico asegura la viabilidad de un motor que viaje más rápido que la luz contemplando las leyes de la física conocidas.
Cabe destacar que el concepto de motor de curvatura surgió por primera vez en los años 90 y fue una idea acuñada por el físico Miguel Alcubierre. Los primeros diseños teóricos estaban basados en física exótica, como la “energía negativa”, que no ha llegado a analizarse en instancias reales.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Classical and Quantum Gravity matiza un concepto que no depende de teorías que van contra la física actual. Versa sobre un motor de curvatura que funciona, al menos a nivel teórico, dentro de los límites estipulados. “Este estudio cambia el debate sobre los motores de curvatura”, advierte Jared Fuchs, autor principal y científico de la empresa de investigación Applied Physics (AP) en un comunicado de prensa difundido por Business Wire.
Y agrega: “Al demostrar un modelo pionero en su clase, hemos demostrado que los motores de curvatura podrían no quedar relegados a la ciencia ficción”. Según advierte el equipo, usa una “sofisticada mezcla de técnicas gravitatorias tradicionales y novedosas para crear una burbuja de curvatura capaz de transportar objetos a altas velocidades dentro de los límites de la física conocida”. Un sistema que se vislumbra como “motor de curvatura sublumínico de velocidad constante”.
Según se describe en el artículo, la técnica rinde consonancia con las soluciones teóricas anteriores, incluyendo las propuestas exploradas por Alcubierre. No obstante, el punto más importante de esta revelación es que el concepto se mantiene dentro de los ámbitos conocidos por la física.
Motor que supera la velocidad de la luz: el concepto acuñado por Einstein que sigue presente
Si bien este nuevo motor de curvatura no recurre a ninguna física extraña, eso no quiere decir que hallamos encontrado el camino definitivo para conquistar la Vía Láctea. Todavía tiene sus limitaciones. “Este diseño seguiría necesitando una cantidad considerable de energía, pero demuestra que se pueden conseguir efectos de curvatura sin formas exóticas de materia», alega Helmerich, coautor de este nuevo estudio, en un comunicado de prensa. “Estos hallazgos allanan el camino para futuras reducciones de los requisitos energéticos de los motores de curvatura”, cierra.
Einstein predijo la llegada de un motor más rápido que la luz y, si bien algunos investigadores creen que estaríamos más cerca que nunca, otros expertos ya advierten que es imposible.