El sector automovilístico recibe un producto futurista: el motor de hidrógeno con oro, plata y un componente que viene del mar. Lo que sucedió con el primer motor fotovoltaico supuso una revolución, un panorama que vuelve a repetirse con este modelo novedoso que parece llegado del futuro.
Hace unos años era completamente impensado hablar de hidrógeno como combustible. Estábamos 100% dominados por los combustibles fósiles y, aunque todavía dependemos de ellos, existe una tendencia real hacia nuevas formas de suministro energético. El hidrógeno es uno de los que ‘suena’ más fuerte porque se trata (en algunas de sus formas) de un combustible limpio.
Al consumirse en una celda de combustible, solo genera agua. De esta manera, nos olvidamos de los efectos contaminantes de otros combustibles que emiten gases dañinos a la atmósfera. Puede emplearse para almacenar, transportar y brindar energía. Asimismo, puede producirse a partir de recursos energéticos, como gas natural, energía nuclear, biomasa, energía eólica y energía fotovoltaica.
El futuro ya está aquí apostando por el nuevo motor de hidrógeno
En este contexto, un grupo de investigadores de la República Checa y Rusia han mostrado ante el mundo una nueva manera de generar hidrógeno no contaminante y que no implica el reformado de gas natural. Este proceso emite grandes cantidades de CO2 a la atmósfera e impide que los vehículos de pila de combustible se transformen una opción ecológica.
Hablamos de un material que ‘bebe’ del agua del mar y se compone de oro, platino y cromo para producir moléculas de hidrógeno a partir de agua dulce, salada o contaminada por la exposición a la luz solar infrarroja.
Su estudio fue publicado en ACS Publications y tenía como objetivo el uso eficiente de la energía solar a partir de nuevos materiales que almacenaran y utilizaran el rango de longitud de onda de luz, especialmente la infrarroja. Su estructura tiene tres capas con un espesor de un micrómetro (una milésima de milímetro), más fino que un cabello humano.
La composición de su capa inferior contempla una delgada película de oro, mientras que la segunda tiene platino y la tercera una serie de estructuras metálicas orgánicas y cromo. Los experimentos realizados arrojaron que 100 cm cuadrados del material producen 0,5 litros de hidrógeno en una hora: “Una tasa de producción de hidrógeno superior a la mayoría de los materiales 2D”.
“Los electrones calientes generados en la película de oro se transfirieron a la capa de platino. Estos electrones iniciaron la reducción de protones en la interfaz con la capa orgánica. Al alcanzar los centros catalíticos de los marcos metal-orgánicos, los electrones se usaron para reducir los protones y obtener hidrógeno”, expuso Olga Guselnikova, autora principal del estudio, en un comunicado de prensa.
El motor de hidrógeno más novedoso utiliza elementos de mar
Además, la capa de estructuras metálicas orgánicas también actúa como filtro de impurezas y traspasa agua purificada a la capa metálica. El objetivo ahora es lograr un material eficiente tanto en el espectro infrarrojo como en el visible, un aspecto que haría posible el funcionamiento del 93% del espectro solar.
“En este caso, el marco metal-orgánico también actuó como filtro. Filtraba las impurezas y pasaba agua ya purificada sin impurezas a la capa metálica. Es muy importante porque, aunque hay mucha agua en la Tierra, su principal volumen es agua salada o contaminada. Por lo tanto, deberíamos estar listos para trabajar con este tipo de agua”, explicó Guselnikova.
En definitiva, en este motor de hidrógeno futurista, el oro y el platino se emplean en un nuevo material para producir hidrógeno a partir de sal y agua contaminada. Una proeza casi tan llamativa como la del primer motor de aire comprimido.