Estos mismos instrumentos son utilizados por otras instituciones, que como las que han creado el Fire Alert System, que utilicé en el artículo sobre Bolivia o el .
Estas medidas de temperatura tiene sus limitaciones, por ejemplo en momentos de mucha nubosidad, o pueden confundirse con otros fenómenos, lo que hace que a veces parezca haber incendios incluso sobre el aguja. Por eso necesitan ser tratados y elaborados con bastante cuidado.
Cada uno de estos sistemas utiliza un algoritmos o métodos de cálculo, adaptados para evitar errores y mejor detectar los fuegos reales. Por eso sus resultados pueden ser muy diferentes. La calidad de los algoritmos puede influir mucho en los datos finales. Aquí encontrarás una explicación (en inglés) de cómo lo hace EFFIS.
Hay otros sistemas de satélites que de manera bastante semejante proporcionan informaciones, por ejemplo el también americano NOOA AVHRR, que es utilizado por el Global Fire Monitoring Center, situado en Alemania, o el servicio de control aéreo de bosques de Rusia (Avialesoojrana) que, al parecer, no dispone de informaciones de satélites propios y utiliza las de los americanos.
Estos sistemas llevan ya bastantes años, desde 1978 el de la NOOA, y 2000-2002 los de la Nasa.
Ahora han empezado a presentarse datos proporcionados por la ESA (Agencia Espacial Europea) a partir de radiómetros embarcados en sus naves. Se ha lanzado un proyecto llamado ATSR World Fire Atlas con datos desde mediados de 1996 hasta el presente.
Una de las principales características de este sistema es que detecta únicamente los fuegos nocturnos. Eso evidentemente tiene algunas ventajas, pero también inconvenientes.
Aunque la propia web de ESA dice que el sistema está en proceso de validación, eso no les ha retenido de empezar a emitir notas de prensa poco cuidadosas. Probablemente les ha impelido a ello la necesidad de una agencia pública tan grande de mostrar su utilidad. Pero esta vez creo que han resbalado un tanto.