La degradación de los humedales en España representa una de las principales amenazas en estos ecosistemas reconocidos internacionalmente por su importancia ecológica y social, las aves acuáticas de Europa dependen de nuestros humedales en su migración. Los incluidos en la Convención de Ramsar son zonas acuáticas con una gran biodiversidad que, además, ofrecen servicios ecosistémicos esenciales como la regulación del clima, la conservación de especies y la protección contra inundaciones.
Sin embargo, circunstancias como la urbanización descontrolada, el crecimiento de infraestructuras, la agricultura intensiva, la industria o la minería ponen en riesgo estos espacios y, por ende, a las aves acuáticas que viven en estos humedales nacionales. Y no solo a ellas, sino también a las acuáticas del resto de Europa que migran hacia nuestro país.
Las aves acuáticas también se resienten del mal estado de los humedales Ramsar
El 85 % de los 76 humedales Ramsar en España sufren graves problemas de degradación, causando un importante impacto sobre la biodiversidad, especialmente las aves acuáticas. Espacios de referencia internacional como Doñana, el Delta del Ebro y la Albufera de Valencia, que históricamente han acogido a cientos de miles de aves acuáticas migratorias, atraviesan una situación crítica por la falta de agua, la contaminación, la sobreexplotación de acuíferos y el abandono institucional.
Es por ello que ecologistas alertan de esta situación en la víspera del cierre de la COP15 sobre Humedales Internacionales Ramsar, que se celebra en Zimbabue, donde piden medidas urgentes para detener el deterioro de los humedales Ramsar y evitar la extinción de especies clave.
En este sentido, señalan que aunque la Convención de Ramsar obliga a los países firmantes a identificar, proteger y garantizar el uso racional de los humedales más valiosos del planeta, especialmente por su papel como refugios vitales para las aves acuáticas, el 85 % de los 76 humedales Ramsar de España se encuentran en mal estado ecológico. Así lo recoge un informe que denuncia cómo esta situación afecta a su capacidad para albergar biodiversidad, reflejándose en las tendencias poblacionales negativas de la avifauna acuática.
Una advertencia lanzada en este espacio que reúne a representantes de gobiernos de todo el mundo, organizaciones internacionales, sociedad civil y expertos en conservación de humedales para debatir sobre su futuro y su papel clave en la biodiversidad, la resiliencia climática y el desarrollo sostenible.
España alberga el 40 % de las especies de aves dependientes de humedales en Europa. Sin embargo, según el Libro Rojo de las Aves de España (2021), más del 50 % de las especies evaluadas presentan problemas de conservación, con 90 de ellas en riesgo. Nueve están directamente ligadas a humedales y catalogadas como «en peligro», y ocho como «vulnerables» según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La falta de agua, las extracciones ilegales, la contaminación, la inacción de las Administraciones y el desarrollo urbanístico han mermado drásticamente la biodiversidad de estos espacios. No hay que olvidar que estos humedales juegan un papel esencial no solo para las aves en invierno o que se reproducen, sino que son zonas de descanso y alimentación para múltiples especies durante las migraciones.
Por otra parte, según los datos de los censos en Europa coordinados por Wetlands International, los principales puntos de invernada se están desplazando hacia el norte debido a que unas temperaturas más benignas en invierno, como consecuencia del cambio climático, hacen más accesible el alimento.
Deterioro de Doñana
En este contexto, la Unesco ha reiterado recientemente su preocupación por el deterioro progresivo del Parque Nacional de Doñana, considerado un caso paradigmático de la pérdida de funcionalidad ecológica de los humedales mediterráneos. El censo de enero de 2025 registró 240.531 aves acuáticas invernantes de 81 especies, la tercera cifra más baja de los últimos 25 años. El caso del ánsar común, que ha visto reducida su población invernante a 2.533 individuos frente a los 40.000–50.000 registrados decenios atrás, ilustra con claridad esta tendencia regresiva.
Por su parte, el Delta del Ebro muestra un declive sostenido en las poblaciones de anátidas y fochas desde 2007, asociado a la intrusión salina, la reducción del aporte sedimentario y caudal, la intensificación agrícola y la presencia de especies invasoras. En la Albufera de Valencia, la pérdida de calidad del agua y el deterioro estructural del hábitat han provocado también un descenso continuado en la abundancia y diversidad de aves acuáticas.
Probablemente una de las singularidades más características de la avifauna acuática española es la focha moruna, endemismo europeo, cuya reproducción se limita actualmente al territorio español. La situación de esta especie -«en peligro crítico de extinción» en España y, por tanto, en toda Europa- evidencia la necesidad de conservar los humedales y de establecer alianzas con países del norte de África, como Marruecos, en materia de conservación de la biodiversidad, debido a que algunas especies europeas invernan en el norte de África.
En contraste, estas organizaciones destacan como ejemplo positivo la recuperación de la cerceta pardilla. Esta anátida «en peligro crítico de extinción» ha alcanzado cifras récord en 2024 con 130 polladas y 806 pollos nacidos gracias al proyecto Life Cerceta Pardilla, que cuenta con la participación de SEO/BirdLife. Andalucía lidera la reproducción con 101 parejas, seguida por la Comunidad Valenciana y Baleares. La compra y restauración de humedales como La Raja y El Espigar, y unas condiciones hidrológicas favorables en primavera, han sido determinantes.
Sin embargo, el 80 % de los planes de recuperación y conservación para las aves acuáticas están aún pendientes de aprobación, incumpliendo la legislación vigente. Solo Baleares y Andalucía han desarrollado planes de acción colectivos para varias especies, mientras muchas otras comunidades autónomas siguen sin cumplir sus obligaciones legales. «Lo que está en juego no es solo la biodiversidad. Los humedales garantizan agua, alimentos, empleo y salud para millones de personas. Su desaparición es también la nuestra», subrayan.
Llamada urgente a la acción
En este contexto, los ecologistas solicitan:
- Medidas urgentes y efectivas por parte del Estado y las comunidades autónomas para detener el deterioro de los humedales Ramsar y evitar la extinción de especies clave.
- La actualización inmediata de los catálogos de especies amenazadas.
- La aprobación y aplicación efectiva de planes de recuperación.
- El refuerzo de la gestión hídrica y territorial sostenible
- La implicación internacional en la conservación de aves migratorias, con especial cooperación con países del norte de África.
En conclusión, a pesar de su protección bajo la Convención de Ramsar y diferentes leyes nacionales, la gestión y conservación de estos humedales todavía hoy tiene desafíos importantes: fortalecer las políticas de protección, promover la recuperación de los mismos o fomentar la sensibilización social sobre su valor. ECOticias.com