Este día tiene importancia por tratarse de la fecha en que se firmó la Convención Internacional sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en 1973.
En la resolución de la AGNU se designó a la Secretaría de la CITES como facilitadora de la celebración mundial de este día especial para la vida silvestre en el calendario de la ONU.
El Día Mundial de la Vida Silvestre de las Naciones Unidas se ha convertido actualmente en el evento anual mundial dedicado a la vida silvestre.
Todas las personan dependen de la vida silvestre y de los recursos derivados de la diversidad biológica para cubrir sus necesidades – desde alimentos hasta combustibles, medicinas, viviendas y ropa.
Para disfrutar de los beneficios y la belleza que la naturaleza aporta a las personas y a nuestro planeta, hemos colaborado para procurar que los ecosistemas puedan desarrollarse y que las especies de fauna y flora puedan existir para las generaciones futuras.
Para el Día Mundial de la Vida Silvestre 2025, hay que unirse para explorar cómo podemos trabajar juntos para financiar la conservación de la vida silvestre de manera más eficaz y sostenible y construir un futuro resiliente tanto para las personas como para el planeta.
Los animales y las plantas silvestres, desde las estepas de las tierras altas hasta los arrecifes de coral, son intrínsecos a la intrincada red de la vida en la Tierra
Sostienen los ecosistemas, regulan los procesos naturales y apoyan la biodiversidad, proporcionando servicios esenciales que sustentan los medios de vida humanos y contribuyen a la consecución de nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los bosques albergan por sí solos 60.000 especies de árboles, el 80% de las especies de anfibios y el 75% de las especies de aves, y proporcionan a más de 1.600 millones de personas capital natural en forma de alimentos, medicinas e ingresos.
Con más de un millón de especies en peligro de extinción, y ante la intensificación de la triple crisis planetaria, la financiación innovadora para la conservación de la vida salvaje es más urgente que nunca.
Más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza, lo que convierte la pérdida de biodiversidad en una importante amenaza para la estabilidad financiera.
Por ejemplo, la pesca aporta más del 10% del PIB en algunos países, pero más de un tercio de las poblaciones de peces marinos son objeto de sobrepesca, lo que provoca desempleo, trastornos económicos y prácticas ilegales de captura.
Los flujos financieros actuales son insuficientes para que los gobiernos alcancen los objetivos nacionales en materia de biodiversidad, sobre todo en los puntos críticos de biodiversidad situados en países de renta media-baja.
Aunque cada año se invierten 143 000 millones de dólares en la conservación de la biodiversidad, esta cifra es inferior a los 824 000 millones de dólares que se calcula que se necesitan cada año.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha pedido un estímulo para los ODS de al menos 500 000 millones de dólares a fin de impulsar la financiación a largo plazo para el desarrollo, incluida la naturaleza.
Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, más conocida como CITES
Se celebra el Día Mundial de la Vida silvestre 2025 en dicha fecha, porque un 3 de marzo, pero de 1973 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza firmó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, más conocida como CITES. Que es, en la actualidad, el marco de protección de la naturaleza a nivel mundial.
Este 2025 el tema del día internacional, «Financiación de la conservación de la vida silvestre: Invertir en las personas y el planeta«, busca explorar cómo trabajar juntos para hacer que los flujos financieros -actualmente insuficientes – sean más eficaces y sostenibles.
Principales amenazas de la vida silvestre a nivel global
Todas las amenazas que pueden afectar a la naturaleza de forma directa o indirecta son de origen antropogénico. Porque los fenómenos naturales, si bien pueden tener consecuencias muy importantes, sin la mano del ser humano, dichas consecuencias sean subsanadas con el tiempo.
Pero los daños que los humanos hemos ocasionado por negligencia, avaricia o por poner nuestro confort por encima de los derechos de los demás seres vivos tienen consecuencias tan tremendas como irreparables, en algunos casos.
En el Día Mundial de la Vida Silvestre 2025 debemos recordar que la deforestación es una acción absolutamente nefasta, pero no solo para la biodiversidad, que pierde o ve fragmentados sus hábitats naturales. Si no que sus consecuencias nos afectan también a los seres humanos, puesto que desnaturalizamos los suelos, agravamos la desertificación y la posibilidad de incendios forestales, polucionamos el aire y las aguas y acabamos con los sumideros naturales de CO2 y los pulmones de generación de oxígeno.
El cambio climático provocado por el exceso de gases de efecto invernadero está logrando que se multipliquen los desastres naturales, lo que afecta al equilibrio ecosistémico del planeta. A ello se le suman la explotación excesiva de recursos naturales y la proliferación de las especies invasoras exóticas.
A nivel de los océanos, que constituyen el hogar de una rica vida silvestre, las acciones antropogénicas como la contaminación acústica, lumínica y química, la proliferación de plásticos y microplásticos, la sobrepesca y algunos métodos de captura como la pesca de arrastre y la acidificación provocada por el calentamiento global, están acabando con la vida silvestre marina.