Las manchas blancas de las monarcas les ayudan en la migración

Publicado el: 30 de junio de 2023 a las 08:00
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Las manchas blancas de las monarcas les ayudan en la migración

Las manchas blancas de las monarcas les ayudan en la migración. El nuevo estudio sugiere que las mariposas con más manchas blancas tienen más éxito para llegar a su destino de invernada. Aunque aún no está claro cómo las manchas ayudan a la migración de la especie, es posible que cambien los patrones de flujo de aire a su alrededor.

«Llevamos a cabo este proyecto para aprender cómo un animal tan pequeño puede hacer un vuelo de larga distancia tan exitoso». Esto lo dijo el autor principal Andy Davis, investigador asistente en la Escuela de Ecología Odum de la UGA.



“De hecho, pensamos que las monarcas con alas más oscuras tendrían más éxito en la migración. Porque las superficies oscuras pueden mejorar la eficiencia del vuelo. Pero descubrimos que lo que ocurría era justamente lo contrario”.

Las monarcas con menos negro en sus alas y más manchas blancas fueron las que llegaron a su destino final en el sur y centro de México. A casi 5000 kilómetros de distancia del inicio de su vuelo migratorio. “Estamos convencidos de que son las manchas blancas las que parecen marcar la diferencia”, dijo Davis.



Selecciones de migración para manchas de mariposas

Los investigadores analizaron cerca de 400 alas de monarca salvajes recolectadas en diferentes etapas de su viaje, midiendo las proporciones de color de cada una. Descubrieron que las monarcas migratorias exitosas tenían alrededor de un 3% menos de color negro y un 3% más de blanco en sus alas.

Un análisis adicional de especímenes de museo que incluían monarcas y otras seis especies de mariposas mostró que las monarcas tenían manchas blancas significativamente más grandes que sus primas no migratorias. La única otra especie que estuvo cerca de tener la misma proporción de manchas blancas en el ala fue su pariente semi-migratorio: la monarca del sur.

Emplean energía solar para mejorar el vuelo

Los autores creen que el color de las mariposas está relacionado con la cantidad de radiación que reciben durante su viaje. Un viaje más largo las expone a una cantidad mayor de luz solar. Como resultado, han evolucionado para tener más manchas blancas.

“La cantidad de energía solar que reciben las monarcas a lo largo de su viaje es extrema. Especialmente porque vuelan con las alas abiertas la mayor parte del tiempo”, dijo Davis. “Después de realizar esta migración durante miles de años, parecen haber descubierto una manera de capitalizar esa energía solar para mejorar su eficiencia aérea”.

El calentamiento global incide en las temperaturas y altera la radiación solar que llega a la superficie de la Tierra. Por ello es probable que las monarcas tengan que adaptarse para sobrevivir. Esta es la opinión de Mostafa Hassanalian del Instituto de Minería y Tecnología de Nuevo México.

“Con una mayor intensidad solar debida a las consecuencias del cambio climático, parte de esa eficiencia aérea podría desaparecer”, dijo Davis. “Este sería un obstáculo más para las mariposoas monarca a la hora de realizar su increíble migración de otoño rumbo a México”. Las manchas blancas de las monarcas les ayudan en la migración.

Hay buenas noticias para las monarcas

El trabajo anterior de Davis mostró que las poblaciones de verano de monarcas se han mantenido relativamente estables durante los últimos 25 años. Ese hallazgo sugiere que el crecimiento de la población de la especie durante el verano compensa las pérdidas de mariposas debido a la migración, el clima invernal y los factores que afectan al medio ambiente.

“La población reproductora de monarcas parece bastante estable. Por lo que los mayores obstáculos que enfrenta la población de monarcas son llegar a su destino de invierno”, dijo Davis. «Este estudio nos permite comprender mejor cómo las monarcas logran completar su periplo migratorio, uno de los más largos que se constatan en la naturaleza«.

Referencia: el artículo fue publicado en PLOS ONE. Adamas de Davis, que tuvo la autoría principal, fueron sus coautores Christina Vu, de la Escuela de Ecología Odum de la UGA. Paola A. Barriga, del Departamento de Biología Vegetal de la UGA. Y Brenden Herkenhoff, de New Mexico Tech.

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