Hay diferentes especies de papiones o babuinos. Su hábitat natural va desde sabanas y pastizales hasta estepas y selvas tropicales. Mientras haya agua cerca y una roca alta, una colina o árboles desde donde poder dominar su territorio, el babuino es feliz. Al situarse en alto para dormir, estará mejor protegido contra sus enemigos.
Esta es la realidad de estos animales en su medio natural, pero muchos babuinos acaban en zoológicos públicos o particulares. Y cuando se reproducen y son ‘demasiados’ los humanos deciden ‘sacrificarlos’ para hacer espacio. Esto es lo que ha sucedido en un zoo alemán y es la tónica en muchos otros zoológicos europeos con los diferentes especímenes que exponen.
Superpoblación en un zoo europeo = ‘sacrificio’ de babuinos
El Proyecto Gran Simio denuncia con profunda indignación y firmeza la decisión del zoológico Tiergarten de Núremberg, en el sur de Alemania, de sacrificar a 12 babuinos de Guinea en perfecto estado de salud por una supuesta “superpoblación”. Este acto de crueldad institucionalizada pone al descubierto la falta de ética, transparencia y responsabilidad que rige en muchos zoológicos europeos, amparados por organismos como la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA).
“Este crimen contra la vida no puede quedar impune. No es admisible que por meras razones de comodidad o falta de espacio, se asesine a seres vivos que han sido condenados a vivir en recintos cerrados por el propio sistema. Los zoológicos deben dejar de ser cárceles disfrazadas de conservación. Lo sucedido en Núremberg es una advertencia brutal: los zoológicos no están preparados para gestionar ni éticamente ni científicamente la vida que dicen proteger”, ha declarado Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo de la ONG.
Los responsables del zoo alegan que los babuinos fueron sacrificados como “último recurso”, ante la imposibilidad de reubicarlos y la ineficacia de los métodos anticonceptivos. Sin embargo, desde la organización ecologista se sostiene que estas justificaciones son inadmisibles y evidencian que la reproducción en cautividad solo sirve para incrementar colecciones y no responde a ningún criterio real de conservación.
“Exigimos de inmediato la expulsión del zoo de Núremberg de la EAZA, por violar cualquier principio ético en la gestión de especies, reclamamos la elaboración urgente de un Reglamento específico para la Ley de Zoológicos en España del 31/2003 de 27 de octubre de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos, ya que la normativa actual está desfasada, es débil, con artículos vagos y sin capacidad de intervención efectiva. No podemos seguir permitiendo que actos de este tipo se puedan repetir bajo el paraguas de supuestas prácticas aceptadas”, ha afirmado Pozas.
En Europa esta es una práctica ‘demasiado’ habitual
En los últimos años se han documentado numerosos asesinatos de animales en recintos zoológicos europeos, entre ellos:
- El caso del león Marius en el zoo de Copenhague (2014), sacrificado y posteriormente diseccionado públicamente ante niños.
- La muerte de cuatro leones también en Copenhague por “incompatibilidad con un nuevo ejemplar”.
- La eliminación de cachorros de tigre y leones en zoológicos alemanes por no tener espacio o no cumplir criterios genéticos.
Todo esto evidencia que los zoológicos no son centros de conservación, sino vitrinas de exhibición, donde la vida es descartable y se manipula con absoluta impunidad.
“Es urgente establecer una moratoria internacional sobre la reproducción en cautividad, especialmente para especies que los zoológicos alegan estar ‘conservando’. No existe un aval científico independiente que respalde la necesidad de mantener programas reproductivos de especies en peligro de extinción en condiciones de encierro. Solo hay intereses de mercado, intercambios entre zoos y aumento de colecciones para entretenimiento humano”, ha señalado Pedro Pozas.
La ONG defiende la progresiva clausura de los zoológicos tradicionales y su transformación en centros de rescate y recuperación. La educación y la conservación real deben apoyarse en hábitats naturales, santuarios éticos y tecnologías como la realidad virtual, que permiten un contacto respetuoso y educativo con las especies, sin su sufrimiento.
Los zoos son centros de reclusión y exibición de animales vivos
La organización también recuerda que muchos zoológicos no cumplen adecuadamente con los estándares mínimos de bienestar animal. La cautividad genera trastornos psicológicos, estereotipias, aislamiento y sufrimiento. Los zoológicos no son ni han sido jamás lugares de respeto hacia los seres vivos.
“Necesitamos ya una Ley de Grandes Simios en España y a nivel internacional. Una ley que reconozca sus derechos fundamentales y ponga fin al encierro injustificado. Lo que ha ocurrido con los babuinos es otro ejemplo de por qué urge un cambio radical en la relación de los humanos con los demás seres sintientes”, ha enfatizado Pozas.
La ONG hace un llamamiento urgente a las autoridades europeas, españolas e internacionales para que no permanezcan impasibles ante este atropello moral y ético. Es hora de legislar con valentía y romper con las prácticas arcaicas que siguen sometiendo a millones de animales en el mundo.
“Si no actuamos ahora, puede repetirse esta matanza (en este caso de babuinos) por conveniencia. No es conservación. Y ante eso, nuestra única respuesta es la denuncia, la acción y la exigencia de justicia”, ha concluido Pedro Pozas Terrados.
Es absolutamente inadmisible que a estas alturas de la evolución humana aun existan lugares en los que se pague por ver a un animal salvaje en situaciones que no tienen nada que ver con su vida en libertad. Y que, para peor, quienes dirigen estos establecimientos, se crean en el derecho de asesinar ‘alegremente’ a una docena de babuinos, a un par de cahcorros o a ejemplares adultos porque les queda pequeño el espacio de sumisión y exhibición asignado o por alguna otra excusa tan peregrina como inhumana. ECOticias.com