Aunque cuenta solo ocho trabajadores, un índice elaborado por la empresa de análisis de mercados NewSpace Global, indica que la firma española zero2infinity no solo es la única española en el sector aeroespacial privado, sino la primera de Europa y una de las veinte más importantes del mundo.
El salto estratosférico de Felix Baumgartner podría haberse llevado a cabo con tecnología española. Y es que la empresa española zero2infinity es capaz de desarrollar el globo, la cápsula y hasta el sistema de seguridad que llevó al austriaco a la gloria.
Aunque cuenta solo ocho trabajadores, un índice elaborado por la empresa de análisis de mercados NewSpace Global, indica que la firma española zero2infinity no solo es la única española en el sector aeroespacial privado, sino la primera de Europa y una de las veinte más importantes del mundo.
La compañía, con sede en Barcelona, arranca en 2009 con la intención de transitar el terreno del turismo espacial. Detrás, un hombre, José Mariano López-Urdiales, ingeniero aeronáutico, Premio Nacional de Fin de Carrera y experiencia en el MIT (Massachusets Institute of Technology),Boeing y la ESA (European Space Agency). Pronto esta firma comienza con el proyecto bloon y con el primer inversor, Ultramagic, líder en la fabricación de globos.
La compañía pertenece a la nueva hornada de aeroespaciales que se conocen como New Space y que se caracterizan por desarrollar con un bajo coste privado proyectos espaciales que costaron cientos de millones públicos en el pasado. Su responsable considera que “si los precios de la tecnología han descendido, no tiene por qué costar más la carrera aeroespacial”.
A diferencia de las grandes agencias, el New Space apuesta por un enfoque más práctico y comercial. Si todo funciona bien López-Urdiales y zero2infinity estarán en disposición de elevar sus globos al espacio cargados de turistas para 2014. Y lo harán de una forma infinitamente más económica que la agencia espacial rusa, que pide 50 millones de euros por pasaje. Por 110.000 euros ofrece dos horas de ‘cielo negro’. Además, prepara un proyecto para poner en órbita pequeños satélites desde una parte muy alta de la atmósfera, una zona donde la aerodinámica deja de tener impacto.