La llegada de los coches autónomos está generando problemas a su alrededor. En el pasado, la visión de coches que se conducen solos parecía un concepto de película. Algo improbable en el plano real. Sin embargo, ese concepto ficticio y difícil de concretar se está convirtiendo rápidamente en una realidad palpable. Los vehículos autónomos se están acercando a la cotidianeidad. Esto con la promesa de revolucionar la manera en que nos movemos. Brindan un potencial que cada día avanza hacia una mayor seguridad, eficiencia y comodidad. Pese a sus promesas, su implementación está trayendo consigo una serie de dilemas.
Los policías empiezan a tener problemas con los coches autónomos
Tras comunicarse lo que está sucediendo en el sector de los coches autónomos, han salido a la luz los problemas que están reportando los policías con estos vehículos. La particularidad de ir sin conductor es precisamente la que está generando un dilema complejo de solucionar.
Así lo ha puesto de manifiesto lo sucedido en San Bruno, una ciudad californiana. Un policía detuvo un robotaxi de Waymo tras un giro prohibido en un semáforo. Sin embargo, tuvo que dejarlo ir porque no había ningún conductor para multar.
La ley californiana no contempla las multas para coches sin conductor. Esta situación ha evidenciado un vacío legal. Hace años que California permite la circulación de coches autónomos. Sus leyes de tráfico no se han actualizado tan rápido.
Para poner multas, es necesario identificar un conductor responsable. Si no existe uno, tampoco una sanción. En el caso de California, los agentes se pusieron en contacto con Alphabet, la matriz de Waymo. Pero no pudieron emitir ninguna citación.
El departamento de policía expuso lo sucedido en su perfil de Facebook: “Nuestros formularios de multa no tienen una casilla para robot”. También ha expuesto que se está “preparando una legislación que permitirá a los agentes emitir avisos a la empresa”. Se espera que su vigencia dé inicio en julio de 2026.
El gran dilema de los coches autónomos: ¿Qué pasa con las multas?
El problema es de carácter político y judicial, no técnico. Las compañías tecnológicas han sacado a las calles sus flotas de robotaxis más rápido de lo que los legisladores han adaptado las leyes a la nueva realidad.
Esa brecha no solo deriva en situaciones como esta, sino que deja a los ciudadanos desprotegidos frente a accidentes más graves.
Si un Waymo atropellara a un peatón, ¿quién respondería en el juicio? Este interrogante aún no tiene una respuesta clara en la normativa vigente. Bajo este marco, es importante hacer una diferenciación entre la responsabilidad penal (quién iría a la cárcel) y la responsabilidad civil.
Según registra el portal Xataka, “en el supuesto de un atropello mortal”, la familia de la víctima sí tendría una salida legal. El destinatario de la demanda sería la empresa Waymo, que es responsable del vehículo que cometió el error.
La finalidad del juicio no sería una condena de prisión, puesto que no habría conductor, sino una indemnización millonaria para tratar de subsanar los daños causados. Este accionar se basa en conceptos establecidos como la responsabilidad por producto defectuoso o negligencia empresarial.
Los coches autónomos se enfrentan a un vacío legal
El vacío legal que rodea a los coches autónomos no es quién pagaría por el daño ocasionado, sino cómo adaptar un código penal diseñado para humanos a coches autónomos. Cabe destacar que este vacío legal no es algo exclusivo de California.
Conforme los vehículos autónomos se extienden por el mundo, los sistemas jurídicos de decenas de países tendrán que darle solución al mismo dilema. La llegada de los coches autónomos está comenzando a crear problemas extraños como este. Los policías tienen un nuevo dilema y los legisladores también. Un inconveniente que se suma a este conflicto en el que se vieron envueltos los coches autónomos.
