Día Internacional del Conejo 2024: fue establecido por la organización Rabbit Charity en Inglaterra, con el propósito de aumentar la conciencia global sobre la situación de los conejos. Esta iniciativa surgió en respuesta a las múltiples amenazas que enfrentan estos animales, tanto en estado salvaje como doméstico.
Los conejos son frecuentemente utilizados en experimentos médicos y cosméticos, son víctimas de caza indiscriminada y cría para pieles, además de sufrir la destrucción de su hábitat natural.
Los conejos fueron domesticados mucho más tarde, de los que lo hicieron otros animales de granja o compañía. Los romanos y chinos ya consumían carne de conejo, en el año 500 a de C. Pero la domesticación del conejo europeo, el Oryctolagus cuniculus, mejor conocido como conejo de monte, demoró bastante más.
Se estima que ello ocurrió hace apenas 1400, en el sur de Francia, que junto a la Península Ibérica es el hábitat originario de esta especie. Aparentemente, se los domesticó en un convento, ya que la iglesia consideraba su carne similar a la del pescado. Y permitía que se lo consumiera durante la Cuaresma, por lo que los monjes comenzaron a criarlos selectivamente.
Del plato a ser mascota
Con el tiempo y los sucesivos cruces, junto con la adaptación al medio, acabó convirtiéndose en un animal de compañía. Que demostró ser no solo un peludo amigable y tierno, sino que resulta fácil de educar. Además, suele ser compatible con otras mascotas. Y resulta un compañero cariñoso al que le encanta compartir tiempo con sus dueños y ser objeto de mimos y caricias.
Tener un conejo como mascota es una excelente elección. Y si bien la gente piensa que siempre hay que criarlos de pequeños, para que se acostumbren a vivir en familia, respondan a su nombre y puedan tener mucho contacto con las personas, hay que tener en cuenta que es uno de los animales de compañía que más se abandonan. Por lo que siempre es bueno considerar la adopción de uno adulto.
Especie invasora y también amenazado
El conejo europeo es una especie que en su hábitat natural y original se encuentra en estatus de “amenazada”, según la lista Roja de la UICN. A causa de diversas enfermedades que han diezmado sus poblaciones (y que afectan a sus predadores como el lince ibérico o algunas rapaces).
Esto sucede a día de hoy, porque hasta hace unos años eran considerados una plaga. Especialmente para los agricultores del sur de Francia y de España (nombre este que proviene del fenicio y significa “tierra de conejos”).
Estos mismos conejos fueron llevados a Australia y a otras islas de Oceanía con fines cinegéticos. Y han llegado a reproducirse de tal manera, que hoy están considerados como la peor de las especies invasoras que debe enfrentar la isla continente.
Alli, no solo ocasionan cuantiosas pérdidas en el sector agrario. Si no que resultan una grave amenaza para la supervivencia de especies autóctonas de flora y fauna. Puesto que compite por los recursos con muchos de los habitantes locales. por lo que acaba por mermar la biodiversidad.