Las orcas y los delfines salvajes viven en grupos grandes y muy sociales y nadan largas distancias en los océanos cada día. En cautiverio, como es el caso del Parque Loro de Tenerife, estos animales únicamente pueden girar en círculos, en piscinas que proporcionalmente resultan muchísimo más pequeñas que una bañera para un ser humano.
A las orcas se les priva de la oportunidad de participar en cualquier comportamiento natural. El resultado es que la mayoría de ellos mueren mucho antes de lo que podrían hacerlo si estuvieran en libres en la naturaleza y a menudo sufren condiciones de vida deplorables, lo que solo aumenta su sufrimiento.
Tres orcas sufren innecesariamente en Tenerife
A día de hoy, tres orcas viven en cautividad en el Loro Parque de Tenerife: Tekoa (macho, 24 años), Morgan (hembra, 16-17 años) y Adán (macho, 14 años). Los tres animales son utilizados en espectáculos para el público. Lejos de poner fin a este ciclo de cautiverio, en los próximos meses el zoológico añadirá tres orcas más a su colección.
Por un lado, se ha hecho público hace unos días que Morgan, cautiva en Loro Parque desde 2011, vuelve a estar embarazada. Recordemos que en 2021, su primera cría, Ula, falleció en estas mismas instalaciones antes de cumplir tres años. El parque atribuyó la muerte a una «patología intestinal».
Por otro lado, también se ha anunciado que la orca Wikie y su hijo Keijo serán finalmente trasladados de Marineland Antibes al zoológico tinerfeño. Cabe recordar que en noviembre de 2021, el gobierno francés aprobó una ley que prohibía la tenencia de cetáceos en cautividad y concedía un plazo hasta 2026 para que los centros que aún mantenían a estos animales en sus instalaciones los reubicaran.
Sin embargo, pese a que en 2024 el Whale Sanctuary Project de Canadá ofreció sus instalaciones para albergar a las orcas de Marineland, Francia rechazó la oferta en enero, citando principalmente problemas de plazos. El Whale Sanctuary Project envió otra carta expresando su pesar porque ninguno de los expertos que evaluaron su solicitud se había puesto en contacto con ellos y solicitó una reunión con todas las partes involucradas para que sus instalaciones, a punto de estar operativas, fueran consideradas para acoger a estos animales.
Desafortunadamente, esta semana se ha confirmado que ambas orcas serán enviadas a Loro Parque, donde, en lugar de tener la oportunidad de vivir en un entorno lo más parecido posible a su hábitat natural, volverán a ser utilizadas en shows para exhibirlas al público en una piscina de unos pocos metros.