La carne cultivada puede constituir una de las bases de los tan necesarios sistemas alimentarios sostenibles. Pero desde el Eurogroup for Animals advierten que los debates sobre su futuro deben basarse en hechos y no en datos erróneos.
Y que en la actualidad prevalecen narrativas falsas, prueba de ello es el debate que se ha dado en el AGRIFISH. Y que, gracias a las falacias, reduce el potencial real que puede tener la carne cultivada como solución alimentaria sostenible.
Carne cultivada: no más datos erróneos en AGRIFISH
Durante el Consejo de Agricultura y Pesca (AGRIFISH) de la Unión Europea, el Ministro de Agricultura de Austria presentó una nota informativa sobre «el papel de la PAC en la salvaguardia de la producción de alimentos primarios y de alta calidad».
La misma contiene afirmaciones incorrectas sobre el potencial de sostenibilidad de la carne cultivada. Pero no contento con ello, el Ministro solicitó a la Comisión Europea que se impidiera que los productos cárnicos cultivados sean llamados carne.
El problema es que este es un aspecto crucial, que permitiría abordar las barreras que encuentran los consumidores a la hora de cambiar los patrones de consumo de alimentos hacia una alimentación más sostenible.
Una de esas barreras es la capacidad de identificar fácilmente productos y alternativas sostenibles. Si no se permite que la carne cultivada, es decir, carne real, pero producida sin sacrificio, se llame carne, se impedirá que los consumidores la identifiquen como una alternativa más sostenible a otras carnes.
Los estudios sobre carne cultivada están siendo ignorados
La nota, apoyada por varios Estados miembros, ignora varios estudios que muestran el potencial de sostenibilidad de la carne cultivada. Por ejemplo, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha reconocido claramente el enorme potencial que tiene la agricultura celular.
Y resalta su capacidad para reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la producción de alimentos. Al tiempo que requiere menos tierra y agua. Podría ser significativamente más económica. Y elimina las preocupaciones sobre el bienestar animal.
Se trata de un producto que nada tiene que ver con los transgénicos, puesto que no se realiza ninguna alteración genética. Es simplemente una técnica que permite la producción controlada de carne procedente de un animal. Por ello se habla de agricultura celular para producir carne cultivada. Porque se parte de una muestra (biopsia) y se replica exactamente la misma muestra sin ninguna modificación o alteración de su estructura.
La carne cultivada contribuye al bienestar animal
La carne cultivada puede sustituir a la gran cantidad de animales que actualmente se mantienen en muy malas condiciones en las granjas industriales. Además, puede crear espacio para razas tradicionales y robustas, que pueden contribuir a la biodiversidad mediante el pastoreo y al mismo tiempo servir como reservas celulares.
Las células para la producción de carne cultivada se pueden obtener mediante biopsias que no causan daño a los animales. Una preocupación importante en materia de bienestar animal es, como se menciona en la nota, el uso de suero fetal bovino extraído de terneros no nacidos.
Si bien estas técnicas se han utilizado durante la etapa de investigación y desarrollo para hacer crecer las células, las empresas están desarrollando medios sin animales y sin necesidad de recurrir al suero fetal bovino, por razones tanto éticas como económicas.
Una necesaria aprobación de la carne cultivada en la UE
Antes de que la carne cultivada pueda comercializarse en la UE, será necesaria la aprobación reglamentaria que garantice que es segura para el consumo. En la UE ya existe un marco regulatorio adecuado para la seguridad de la carne cultivada y para otros nuevos alimentos.
Es el Reglamento sobre nuevos alimentos. Esto implica que la carne cultivada se podría considerar un alimento. En vez de ser un producto farmacéutico, como se sugiere en la nota que se ha presentado en el AGRIFISH.
El Reglamento sobre nuevos alimentos tiene un procedimiento de evaluación riguroso, basado en ciencia y datos estrictos. Esto lo señaló la Comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides. Y destacó que hasta el momento no se ha presentado ninguna solicitud formal de carne cultivada en la UE.
También explicó que el proyecto HORIZON Europa apoya que se haga una recopilación de más datos sobre esta proteína alternativa. “Los datos y las pruebas son la base de nuestro trabajo”, subrayó. Añadiendo que, en última instancia, “corresponde a los consumidores decidir qué comerán”.
Carne cultivada no es igual a monopolio
En la citada nota también se planteaba la opción de que unos pocos productores a escala industrial monopolizaran el negocio de la carne cultivada. Actualmente, la gran mayoría de las más de 160 empresas que trabajan en el producto son nuevas empresas independientes.
Pero la idea es garantizar que en el futuro la carne cultivada pueda ser producida por agricultores y empresas de diferentes tamaños. Y que pueda formar parte de una agricultura diversificada a pequeña escala. Para ello, las autoridades públicas deberían invertir en la realización de investigaciones de acceso abierto. Algo que es posible, puesto que se está haciendo en los Países Bajos.
Carne cultivada: más sostenible y ética
La carne cultivada puede ser una pieza importante del rompecabezas de un sistema alimentario sostenible. Proporcionando una alternativa más ética, a los consumidores que todavía quieren comer carne.
Las conversaciones en torno a este producto innovador deben basarse en la ciencia. Y reconocer sus beneficios potenciales para el bienestar animal, la biodiversidad y la liberación de tierras que actualmente se utilizan para cultivar alimentos para animales criados industrialmente.
Y deben tomar en cuenta que, al reducirse significativamente la cantidad de reses, también lo hará el metano que estas producen. Y el metano es uno de los gases que provocan el Calentamiento global y sus efectos son mucho más dañinos que los del CO2.