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domingo, junio 11, 2023

Bosques sanos, mejor salud

Los beneficios para la salud de los bosques y los árboles, van desde el bienestar físico y mental hasta la reducción general de la mortalidad. Todo ello con mínimos efectos adversos, puesto que las amenazas para la salud, como los incendios forestales, son causadas principalmente por actividades humanas.

Bosques sanos, mejor salud. La evidencia científica mundial de los múltiples tipos de beneficios que los bosques, los árboles y los espacios verdes tienen para la salud humana ha sido evaluada por un equipo internacional e interdisciplinario de científicos. El resultado se presenta en un importante informe titulado “Bosques y árboles para la salud humana: caminos, impactos, desafíos y opciones de respuesta” del Programa Global Forest Expert Panels (GFEP) de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO).

La organización IUFRO reúne a más de 15.000 científicos de todo el mundo, que forman parte o colaboran con las más de 630 organizaciones miembros. Y está integrada principalmente por centros de investigación públicos y universidades de 115 países. Además, es miembro del Consejo Internacional de Ciencias.

No es una teoría, sino una evidencia

La evidencia existente apoya firmemente la existencia de una amplia gama de beneficios para la salud física, mental, social y espiritual asociados con los bosques y los espacios verdes. Tienen efectos positivos, por ejemplo, en el neurodesarrollo de los niños, la diabetes, el cáncer, la depresión, los trastornos relacionados con el estrés, el envejecimiento cognitivo y la longevidad.Bosques sanos, mejor salud

Y son fundamentales para mejorar las interacciones sociales, la recreación y la relajación. Aunque todas las etapas de la vida se ven afectadas, comenzando desde la prenatal, los efectos significativos en los niños son particularmente importantes, sobre todo por las repercusiones en la vida posterior. Es uno de los factores relevantes a la hora de hablar de los niños y la naturaleza.

El informe destaca que no menos del 24% de las muertes en el mundo (y el 28% de las muertes entre niños menores de cinco años) se deben a factores ambientales negativos. Como es la contaminación del aire y los fenómenos meteorológicos extremos. Muchos casos de muerte prematura y la aparición o agravamiento de ciertas patologías se pueden prevenir a través de entornos más saludables en todo el mundo. Bosques sanos, mejor salud.

Bienes y servicios

Los bosques, los árboles y los espacios verdes no solo brindan entornos más saludables, sino también numerosos bienes y servicios. Desde medicamentos hasta alimentos, pasando por multitud de productos forestales no madereros que contribuyen a la salud humana. Las plantas medicinales, que son particularmente importantes para los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales (IPLC), brindan atención médica básica al 70% de la población mundial.

Los bosques, los árboles y los espacios verdes también ayudan a reducir los impactos negativos del cambio climático en la salud. En las ciudades, por ejemplo, los espacios verdes y los árboles tienen un efecto refrescante significativo. Y eso es particularmente relevante, ya que se esperan que las olas de calor sean más graves y frecuentes. Y eso aumentará considerablemente el riesgo de estrés por calor y golpe de calor.

El informe destaca la valiosa contribución de los bosques y los árboles a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y sus objetivos. En particular, para el Objetivo 3 (ODS 3), cuyo objetivo es «garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades». Algo que también se puso de manifiesto durante la reciente celebración del Día Internacional de los Bosques 2023.

Mitigar lo negativo

Si bien la mayoría de los resultados para la salud de los bosques, los árboles y los espacios verdes son positivos, también hay algunos impactos negativos que deben considerarse y mitigarse. La salud humana puede verse afectada negativamente por alergias, enfermedades transmitidas por animales (zoonosis) o reducción de la calidad del aire debido a incendios forestales.

Las crisis globales como el cambio climático, el cambio de uso de la tierra, la urbanización y la pérdida de biodiversidad ponen en peligro el importante papel que los bosques y los árboles brindan como ‘redes de seguridad’ para la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de las poblaciones vulnerables.

Estos impactos negativos se deben principalmente a factores como las perturbaciones que los humanos ejercen sobre los bosques, la mala conservación y gestión de los mismos y la deforestación. También es nefasta la elección inadecuada de especies de árboles en las zonas urbanizadas.

Los responsables de la toma de decisiones deben informarse y asesorarse de forma adecuada. Para promover y mejorar los resultados positivos para la salud de los bosques y los árboles. Al tiempo que minimizan y gestionan los posibles impactos negativos, especialmente en las poblaciones vulnerables.Bosques sanos, mejor salud

Conceptos erróneos

Una solución a la epidemia de malaria, por ejemplo, no es eliminar los hábitats de los bosques y humedales de los mosquitos que transmiten la enfermedad (la deforestación puede aumentar el riesgo de malaria). Si no invertir en procesos sostenibles de gestión forestal y urbanización que eviten la pérdida de hábitats naturales.

Otro concepto erróneo relacionado con las consecuencias dañinas de la naturaleza es la atribución del aumento de alergias al polen a los bosques urbanos y espacios verdes. De hecho, las enfermedades alérgicas son más frecuentes en los países de altos ingresos. Y según los expertos, lo más probable es que se deban a estilos de vida poco saludables y desconectados de la naturaleza. Exacerbadas, además, por el calentamiento global que prolonga la temporada de polen.

Las perturbaciones ambientales y climáticas también han provocado un aumento de enfermedades potencialmente mortales como el ébola o la gripe aviar. Se estima que el cambio de uso de la tierra ha causado la aparición de más del 30% de las nuevas enfermedades desde 1960.

Estas tendencias no solo están poniendo en peligro la salud humana, sino también la de los bosques y los árboles. Y que se encuentran entre los impulsores de los incendios forestales, las fuertes tormentas y las plagas forestales, por ejemplo. Por lo tanto, es crucial mejorar la comprensión del papel de la naturaleza en la provisión de beneficios para los humanos. Y en consecuencia, el papel que su destrucción continua está desempeñando en el aumento de los riesgos para la salud. Bosques sanos, mejor salud.

Referencia: artículo publicado en la web de IUFRO.Bosques sanos, mejor salud

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