Alrededor del 30 % de los casos de cáncer se atribuyen a la alimentación y falta de ejercicio físico. En tus manos está reducir el riesgo con unos hábitos sencillos, sin sacrificios, sin dolor y con un esfuerzo mínimo.
El continuo aumento de las enfermedades no transmisibles en todo el mundo, como el cáncer, tiene relación directa con los patrones de alimentación, caracterizados por un alto contenido de carnes procesadas y granos refinados, y elevados niveles de grasa saturada, azúcar y sal, en detrimento de alimentos frescos, como frutas y vegetales, principales en una alimentación saludable.
Por tanto, ¿qué es la alimentación saludable y cuáles son las pautas? A lo largo de los años, la definición ha tenido diversas modificaciones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una alimentación saludable es aquella que aporta a la persona todos los alimentos y nutrientes necesarios, en las cantidades suficientes, para cubrir las necesidades nutricionales y que está adaptada a la edad, sexo y condición física.
Pero, además, una alimentación saludable es sostenible desde la perspectiva social y medioambiental
Y, ¿cómo podemos llevar una alimentación saludable? Para saber qué contiene una alimentación saludable y cómo llevarla a cabo se puede recurrir a las guías alimentarias, recomendaciones a nivel nacional creadas por los organismos nacionales de salud para que su población consiga alimentarse mejor y tener una salud óptima.
De hecho, existen más de 100 guías alimentarias en todo el mundo para atender a los alimentos y patrones que varían entre países, pues se establecen en función de la disponibilidad de estos, de las costumbres, de la economía y de la tradición y cultura gastronómica.
Muchas de estas guías cuentan con iconos con diferentes formas, como el Plato de Harvard de Estados Unidos, la rueda de los alimentos en Alemania, o la peonza en Japón, que permiten un mayor entendimiento por parte de la población. Asimismo, las guías alimentarias no sólo nos hablan de alimentos, sino también aportan consejos para tener un estilo de vida adecuado.
En España, la encargada de generar estas guías es la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), elaboradas por diversos grupos de expertos en salud pública, nutrición y alimentación, recogiendo todas las directrices en forma de una pirámide además del documento explicativo.
La última publicada incluye, además del grupo y frecuencia de consumo de los alimentos, la realización de actividad física, la recomendación de llevar un equilibrio emocional y un equilibrio energético, el uso de técnicas culinarias saludables, los utensilios recomendados para la preparación de los alimentos, y el consejo de la ingesta de agua.
El Año Nuevo es un excelente momento para tomar decisiones para llevar un estilo de vida más saludable
Una investigación publicada en ‘ecancermedicalscience‘ puede proporcionar la motivación necesaria para seguir con ello: las decisiones saludables pueden llevar a una reducción total de alrededor de un tercio en el riesgo de cáncer.
El Año Nuevo es un excelente momento para tomar decisiones para llevar un estilo de vida más saludable, pero para el final de la primera semana de enero, incluso las mejores intenciones pueden comenzar a desvanecerse.
Investigadores dirigidos por el profesor Peter Elwood, de la Universidad de Cardiff, Reino Unido, examinaron datos preliminares del Biobanco de Reino Unido, un estudio prospectivo de medio millón de sujetos.
Ordenaron los datos para identificar comportamientos saludables, como no fumar, mantener un índice de masa corporal (IMC) bajo, participar en actividades físicas regulares, llevar una dieta saludable y limitar el consumo de alcohol, comparándolos con el riesgo de cáncer durante varios años.
En conjunto, la recopilación de comportamientos saludables contribuyó a una reducción total de alrededor de un tercio en el riesgo de cáncer y posiblemente a una mayor disminución en la mortalidad por cáncer.
Estos resultados pueden no sonar sorprendentes, ya que la mayoría de las personas son conscientes de que los comportamientos saludables tienen algún beneficio general; de lo contrario, no serían «saludables».
El verdadero problema es traducir la vaga idea de que las elecciones de estilo de vida saludable son «buenas» en pruebas útiles, que es lo que proporciona este estudio.
Y después viene el desafío de traducir esta evidencia a recomendaciones útiles (y realistas). «Tal vez el consejo de adoptar un comportamiento saludable adicional es el mensaje más aceptable para la mayoría de los sujetos«, afirma el profesor Peter Elwood, de Cardiff.
«En nuestro estudio, cada comportamiento saludable adicional se asocia con una reducción de alrededor del 8 por ciento en el cáncer, independientemente de los efectos de los otros comportamientos. El mensaje que podemos llevar a casa es que los comportamientos saludables pueden tener un beneficio verdaderamente tangible», apunta.
El profesor Elwood agrega: «Un estilo de vida saludable puede tener beneficios adicionales a la reducción del cáncer: no cuesta nada, no tiene efectos secundarios indeseables … ¡y es mejor que cualquier píldora!«.