No a los vertederos, SI a los alimoches. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio dirigido por el profesor Joan Real, director del Grupo de Biología de la Conservación UB (EBC-UB) de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona. El estudio cuenta con la colaboración de equipos del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) y la Universidad de Sevilla.
El alimoche: una especie en peligro de extinción
El alimoche (Neophron percnopterus) es uno de los buitres más pequeños y un ave rapaz amenazada a nivel mundial, que está incluido en la Lista Roja de la UICN como Especie Amenazada. En la Península Ibérica, esta especie lleva años en regresión, a excepción de algunas zonas como Cataluña, donde se ha producido un aumento progresivo de sus poblaciones.
Esta especie migratoria transahariana pasa el invierno en Malí, Senegal y Mauritania y regresa a la Península Ibérica durante la primavera y el verano para reproducirse. Suele alimentarse de carroña pequeña y animales muertos que encuentra en el campo, especialmente ganado producto de explotaciones extensivas y fauna silvestre. Por tanto, es una especie indicadora del estado ambiental y ayuda a eliminar restos orgánicos de nuestros ecosistemas.
El equipo evaluó las posibles consecuencias del cierre del vertedero sobre los patrones de alimentación del alimoche. Y cómo los cambios en la disponibilidad de recursos pueden afectar el comportamiento de las aves en libertad.

La ganadería intensiva no ayuda
“Con el declive de la ganadería extensiva —aparte de la ganadería y la intensificación agrícola— el alimoche empezó a utilizar los vertederos como lugar alternativo para obtener alimento. Esta estrategia tenía sus beneficios, como tener una alimentación abundante y predecible. Pero también tenía riesgos, como la ingesta de potenciales toxinas y la escasa adquisición de vitaminas naturales”, apunta el profesor Joan Real, investigador principal del proyecto y miembro del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB.
“Por eso, poco a poco, y dependiendo de la zona, esta especie depende de los residuos orgánicos urbanos. Sin embargo, en el marco de la Directiva Europea de Residuos de Vertedero y el Plan de Acción de Economía Circular, que buscan la eliminación de vertederos y la reducción drástica de materia orgánica para evitar efectos negativos en la salud humana, se desconoce cómo estas medidas pueden afectar a especies en peligro de extinción. Y en concreto, el alimoche”, advierte Joan Real. No a los vertederos, SI a los alimoches.
GPS y modelos de redes espaciales
El equipo aplicó nuevas tecnologías, como transmisores de GPS, y rastrearon dieciséis aves durante tres años para comprender cómo usaban el espacio y los recursos alimentarios. También se aplicaron técnicas analíticas innovadoras mediante el uso de modelos basados en redes espaciales para evaluar la conectividad de los animales entre fuentes de alimentos clave, calculada a partir de los patrones de movimiento de las aves marcadas.
“Las conclusiones revelan diferencias en las estrategias alimentarias entre individuos reproductores y no reproductores. Concretamente, los individuos reproductores estaban restringidos a zonas concretas alrededor de sus nidos, aunque podían realizar largos viajes y explotar la ganadería extensiva y los recursos de los vertederos. Por el contrario, los no reproductores se trasladaron a grandes extensiones, pero su principal fuente de alimentación se limitó a los vertederos”, explica la investigadora Catuxa Cerecedo-Iglesias (UB-IRBio), primera autora del estudio.
“Entre los aspectos más destacados, encontramos que las redes alimentarias de individuos reproductores y no reproductores eran vulnerables a la eliminación de las principales áreas de alimentación en los vertederos, que son recursos altamente predecibles”, señala la investigadora Catuza Cerecedo-Iglesias.
“En un contexto marcado por la futura desaparición de los vertederos —continúa—, el estudio revela que los alimoches utilizarían los cadáveres de la ganadería extensiva como principal recurso trófico. No podemos saber el efecto que esta medida puede tener sobre las poblaciones de alimoches”, añade el investigador.
Protección de los alimoches en el marco de la economía circular
El estudio indica que las futuras políticas ambientales deben incrementar aquellas áreas con recursos alimentarios provenientes de la ganadería extensiva. Así como recuperar ovejas que se encuentran en gran regresión, de forma que permita el abandono de los cadáveres de ganado en la naturaleza.
“Esta estrategia no solo mitigará la falta de alimentos provocada por el cierre de vertederos, sino que contribuirá a la conservación de especies en peligro de extinción y sería una forma de conservar la ganadería ovina y la cultura pastoril”, señalan los autores.
Sin embargo, en Cataluña estas medidas solo están permitidas en algunas comarcas y a partir de los 1.400 metros de altitud. “Situación que deja desprovistas de alimento a la gran mayoría de las zonas donde se distribuyen los alimoches, por lo que es clave aumentar la superficie de estas zonas de menor altitud y otras regiones», advierten los autores. No a los vertederos, SI a los alimoches.
El estudio ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, Red Eléctrica de España SAU, el Servicio de Gestión de la Diputación de Barcelona, Catalunya-La Pedrera y la organización del Delta Birding Festival. También cuenta con el apoyo del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico de España, Ferrovial y el Servicio de Biodiversidad de la Generalitat de Catalunya. Además del Grupo de Naturalistas de Osona (GNO), el Grupo de Anillamiento Calldetenes-Osona (GACO), el Consorcio para la Gestión de Residuos Urbanos de Osona y una red de voluntarios que contribuyeron al estudio. El mismo fue publicado en la revista Movement Ecology.