Sin embargo, desde el punto de vista de EQUO el plan presentado por el presidente estadounidense carece de ambición y sobre todo plantea objetivos que quedan muy lejos de ser suficientes para evitar los peores escenarios que planteaba Naciones Unidas en su último informe.
Para EQUO es una buena noticia que Estados Unidos, el mayor emisor de CO2 del mundo junto con China, por fin incluya en su agenda política un problema tan grave como el cambio climático..-
Sin embargo, desde el punto de vista de EQUO el plan presentado por el presidente estadounidense carece de ambición y sobre todo plantea objetivos que quedan muy lejos de ser suficientes para evitar los peores escenarios que planteaba Naciones Unidas en su último informe.
Para Juantxo López de Uralde, candidato de EQUO a las generales “Si Obama hubiera querido realmente hacer de la lucha contra el cambio climático uno de los ejes de su política, tuvo en Copenhague una oportunidad única y ocho años para desarrollarlo. Por el contrario, en estos ocho años ha tomado medidas que han facilitado la extracción de combustibles fósiles muy contestadas por los ecologistas, que van desde la apertura del Ártico a la explotación petrolífera, el impulso al fracking o las facilidades al carbón”.
El plan de Obama plantea una reducción del 32% de sus emisiones de CO2 en 2030, respecto a 2005, no a 1990 tal como se recogió en el Protocolo de Kyoto. Tal como declara Florent Marcellesi portavoz de EQUO en el Parlamento Europeo “¿Por qué 2005? Pues porque en esa fecha sus emisiones eran un 16% superiores a las de 1990… Con lo cual su compromiso es en realidad aún menor”.
Esta cifra queda muy lejos del, ya insuficiente, compromiso de la Unión Europea, y por tanto de España, de un 40% en 2030 respecto a 1990; y aún más lejos de cumplir una reducción del 90% en 2050, tal como pide la comunidad científica.
Además, según los objetivos establecidos los porcentajes de reducción se aplican a la generación de energía, y no al conjunto de las emisiones del país.