“Servirse de la tecnología punta, recompensar las prácticas respetuosas y apostar por tierras disponibles, en lugar de convertir los humedales, crearían seguridad alimentaria”, dicen expertos.
En apoyo del Año Internacional de la Agricultura Familiar de las Naciones Unidas, el tema de la Convención Ramsar para el Día Mundial de los Humedales de 2014, que se celebró el 02 de febrero, es «Humedales y agricultura».
Los humedales proporcionan agua potable y suelos fértiles, pero se encuentran continuamente amenazados por el crecimiento demográfico y las iniciativas de desarrollo emprendidas a gran escala para aliviar la pobreza.
La rápida expansión de la cría de camarón intensiva ha contribuido a la desaparición de grandes áreas de humedales costeros en Centroamérica y México.
El mar de Aral (en Asia central: Kazajistán y Uzbekistán), por ejemplo, ha perdido dos tercios de su volumen y ha aumentado su salinidad debido a la demanda de agua para el riego aguas arriba. La captación de aguas subterráneas para el regadío en la cuenca del Guadiana (España), por su parte, ha provocado la desecación de los ríos y de los humedales que existían aguas abajo.
Y muchas turberas tropicales en el sudeste asiático (unas 880.000 ha a principios del decenio de 2000) han sido drenadas y convertidas en cultivos de aceite de palma, de los que se obtiene bioenergía.
«Los biocombustibles están proporcionando ingresos adicionales a los agricultores y ayudando a satisfacer necesidades energéticas esenciales», opinan desde Ramsar, la Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional.
Sin embargo, «la planificación energética nacional debe considerar su impacto en los servicios ecosistémicos que brindan los humedales: de aprovisionamiento (de agua, fibra y combustible), de regulación (de residuos y protección contra inundaciones), de apoyo (en la formación del suelo y nutrientes) o culturales (vinculados a la educación y la recreación)».
Tecnología, ciudades y compensaciones
Acogerse a tecnologías de riego de alta eficiencia y variedades vegetales resistentes a la sequía y/o tolerantes a las inundaciones, así como reutilizar agua y valerse de aguas residuales, suponen buenas medidas para generar «más por cada gota», opinan desde Ramsar.
En Freetown (Sierra Leona), en Calcuta (India) o en Amman (Jordania) está despertando el interés por la agricultura urbana. Una opción viable para el suministro de alimentos a las ciudades, ya que tiene en cuenta la productividad de tierras disponibles antes de convertir los humedales.
Otros modelos a seguir, explican desde la secretaría de Ramsar, los hallamos en la cuenca del río Tualatin (Oregón, Estados Unidos), donde una empresa local de abastecimiento de agua paga a los agricultores por restaurar la vegetación ribereña.
Sitios Ramsar «sostenibles»
O en los arrozales de Kabukuri-numa (Miyagi, Japón), donde después de la cosecha se mantienen inundados para que las aves silvestres invernen allí (sus excrementos sirven de fertilizante natural).
Las praderas más alevadas de los alrededores de los pantanos de Cotentin y Bessin (Francia) siguen empleándose, como ocurría durante la Edad Media, para la producción de heno.
En el oasis de Ouled Saïd (Argelia) continúan canalizando el agua a través de pequeñas acequias, según la tradición social ancestral, para que el reparto del recurso sea equitativo entre los jardines individuales destinados al cultivo de palmeras, cereales y frutas.
A través de la cooperación en el Área de Protección de Flora y Fauna Cuatrociénagas (en el desierto de Chihuahua, México) se han introducido nuevos cultivos menos exigentes con el agua, como el nopal. Y en la Laguna de la Cocha (Colombia), por último, han reducido la degradación del suelo a través del compostaje, la cría de lombrices y la disminución en el uso de agroquímicos.
En agosto de 2013, aproximadamente el 20% de todos los Sitios Ramsar (2.177 espacios en todo el mundo) incluía uno o más de los siguientes tipos de humedales: acuicultura, estanques artificiales; tierras de regadío y tierras agrícolas inundadas de manera estacional.
Venezuela
La superficie declarada en los cinco humedales declarados como sitios Ramsar es de aproximadamente 263.636 ha (2636.36 km2) lo que representa un 0.28% del territorio venezolano.