La degradación del ‘medio ambiente’ propaga la RAM. La resistencia a los antimicrobianos (RAM) se produce cuando los microorganismos evolucionan y dejan de responder, o responden menos, al tratamiento. La contaminación procedente de los sectores farmacéutico, agrícola y sanitario, así como de los residuos municipales, también está impulsando la RAM.
La RAM afecta especialmente a los países en desarrollo. ¿Por qué?
Es cierto. La pobreza, unida a la falta de acceso a la atención sanitaria, puede exacerbar la propagación de la RAM. Además, los habitantes de los países en desarrollo, especialmente los que viven en asentamientos informales, a menudo no reciben diagnósticos adecuados, lo que conduce a la prescripción excesiva de antimicrobianos. Además, la falta de acceso a agua potable y saneamiento les hace más vulnerables a las infecciones.
¿Cómo afecta la degradación del medio ambiente a la propagación de la RAM?
Cada vez hay más evidencias científicas de que el medio ambiente desempeña un papel clave en el desarrollo, transmisión y propagación de la RAM. Su proliferación está vinculada a la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, la contaminación y los residuos.
Por ejemplo, el aumento de las temperaturas, las tormentas y las inundaciones pueden alimentar la propagación de enfermedades bacterianas, víricas, parasitarias, fúngicas y transmitidas por vectores.
Los fenómenos meteorológicos severos también pueden hacer que las aguas residuales y el alcantarillado desborden las plantas de tratamiento, permitiendo que las aguas residuales sin tratar, ricas en microbios resistentes a los antimicrobianos, contaminen las comunidades circundantes.
Asimismo, las aguas residuales impregnadas de medicamentos, incluidas las procedentes de instalaciones de producción animal, hospitales y empresas farmacéuticas, pueden agravar la resistencia a los fármacos.
Es imposible dejar de utilizar antimicrobianos. Entonces, ¿cómo podemos luchar contra la RAM?
Los antimicrobianos han salvado innumerables vidas y son esenciales para la medicina moderna. Pero debemos utilizarlos con más prudencia.
El personal sanitario debe prescribir antibióticos únicamente cuando sea necesario y en la dosis y duración adecuadas.
También debe limitarse el uso y abuso de antibióticos en la agricultura.
Es imperativo que los países adopten el enfoque «One Health«, que reconoce que la salud de las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente son interdependientes.
El viejo dicho «más vale prevenir que lamentar» se aplica perfectamente a la RAM.
Las medidas preventivas, como la mejora del agua, el saneamiento y la higiene, así como el establecimiento de marcos normativos internacionales y nacionales eficaces para hacer cumplir los controles sobre la venta y distribución de antibióticos, contribuirán en gran medida a reducir la RAM.
¿Qué responsabilidades tienen los gobiernos a la hora de contrarrestar la RAM?
La RAM es un problema mundial, por lo tanto, la cooperación internacional entre las naciones es esencial, al igual que la elaboración de planes de acción nacionales en los que participen todas las partes interesadas.
Asimismo, los países deben colaborar en materia de estrategias, intercambio de información y vigilancia del uso de antimicrobianos y de la resistencia a los mismos.
Sin embargo, solucionar la crisis de la RAM no depende únicamente de los gobiernos.
Las empresas farmacéuticas, la industria química, los organismos reguladores, los gobiernos municipales, los profesionales y estudiantes de la salud humana y animal, los científicos y el público en general tienen un papel que desempeñar. La degradación del ‘medio ambiente’ propaga la RAM.


















