El hidrógeno ya nos ha demostrado de lo que es capaz, razón por la que se ve como un combustible viable para utilizar en automóviles. Aunque la mayoría de las veces que se habla de H se hace pensado en la tipología verde, hay varios tipos de H dependiendo de su forma de obtención.
Se distinguen por colores, que proporcionan información sobre su producción, las fuentes de energía utilizadas y su neutralidad climática.
Sabiendo estos datos, los científicos pueden tomar decisiones sobre qué combustibles pueden funcionar mejor dependiendo del propósito al que deseen destinarlos. Hay un tipo de H que se descubrió por accidente y es un 90% más barato del que estamos acostumbrados a ver.
El hidrógeno rojo tiene mucho potencial: aquí te contamos lo que necesitas saber
El H rojo usa la energía térmica de gases contaminantes para alimentar la división catalítica de agua a altas temperaturas. En este contexto, Japón es un país que ha estado a favor del hidrógeno desde la crisis del petróleo de 1970.
Lo ve como una solución sostenible y confiable para la producción de electricidad. Hay muchas industrias (por ejemplo, de acero, química y transporte pesado) a las que les es imposible funcionar sin electricidad y necesitan quemar algunos combustibles.
En estos casos, el H es una alternativa adecuada a los combustibles fósiles. Por ejemplo, la producción de acero supone casi el 9% del total de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Una compañía suceda llamada Acero verde con hidrógeno (H2GS) tiene planes de usar H en lugar de carbón para generar acero a partir de este año. El plan es generar cinco millones de toneladas de acero de alta calidad al año con un 95% menos de emisiones de carbono que las acerías tradicionales.
Por otro lado, en el sector del transporte pesado, como los cargueros marítimos, el uso del H podría traducirse en la disminución de hasta un 14% de nuestras emisiones totales de carbono y brindar un gran paso hacia la neutralidad de carbono.
Si bien el H se quema de manera limpia, por ahora el 90% del H del mundo se produce a partir de la quema de combustibles fósiles.
Japón ve el hidrógeno rojo como una gran oportunidad, pero presenta desafíos
Japón siente la necesidad de tener una cadena de suministro estable pada mantener la industria del H en crecimiento. El hidrógeno rojo puede ser la solución. Si bien el H rojo puede ser una gran alternativa, no es perfecta. Al igual que otros combustibles, todavía tiene desafíos por afrontar.
El primero de ellos es que la eficiencia del proceso debe ser muy alta para que realmente sea una opción viable. En la actualidad, su eficiencia no es óptima, aunque los científicos ya están trabajando para que lo sea lo ante posible.
Por otra parte, para que la conversión de gases contaminantes en H limpio se realice, es necesario contar con tecnologías avanzadas y mucha optimización.
Asimismo, para que el H rojo pueda ser visto como una solución práctica, debe ser escalable a nivel industrial. Es decir, debe superar los retos económicos y técnicos que tiene por delante. Una vez generado, tiene que almacenarse y distribuirse de forma eficiente.
Sus sistemas deben ser seguros y efectivos para garantizar que llegue a su destino sin pérdidas significativas. Por último, aunque el H rojo es producido a partir de gases contaminantes, hay que evaluar su huella ambiental total, considerando su ciclo de vida completo, desde su creación hasta su eliminación.
La realidad detrás del hidrógeno rojo: ni renovable, no la solución
Lo cierto es que el hidrógeno rojo constituye una nueva vía para producir este combustible, pero es importante aclarar un factor: en ningún caso se trata de un método de producción renovable, y el motivo ya lo hemos deslizado.
El problema que tiene es que, para efectuar la electrólisis del agua y obtener electricidad, necesitan recurrir a energía nuclear. Este tipo de fuentes no son en absoluto renovables, y los residuos que producen contaminan durante hasta 24 000 años.
El motivo por el que hemos querido incluirlo es sencillo: en nuestro afán divulgador, tratamos de poner la crítica sobre aquellas soluciones ineficientes y protagonizar las que verdaderamente nos ayuden. Hoy, como ves, hemos hecho lo primero.
En definitiva, el hidrógeno rojo tiene un gran potencial, pero todavía debe superar un gran número de desafíos para instaurarse del todo.




















